El Partido Comunista Chino (PCCh) da otro paso para influenciar al gobierno de España y que se decida a favor de entrar en el megaproyecto logístico de La Franja y la Ruta (También llamado Nueva Ruta de la Seda o BRI por sus siglas en inglés), lo que supondría uno de los mayores errores de toda la historia de España. En esta nueva manipulación de la opinión pública con poder de decisión, está utilizando al Partido Comunista de España (PCE).
Para este menester el 2 de julio de 2020 se creó el “Centro de Estudios y Trabajos sobre la Franja y la Ruta” cuya misión, según sus fundadores, es “crear sinergias y análisis de la propuesta geopolítica más ambiciosa ligada a la República Popular de China y al desarrollo de los pueblos y países insertados en la misma”. Definición con mucha verborrea para confundir y engatusar a personas influyentes y que vean con buenos ojos que China tenga influencia en nuestras cuestiones estratégicas nacionales.
Es bien sabido que el líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, vino a España en noviembre 2018 a firmar un acuerdo con España sobre el megaproyecto logístico de La Franja y la Ruta y que no se llevó a cabo porque las circunstancias políticas concretas de España en aquel entonces no lo permitieron.
En ese momento en España había un gobierno en funciones, dirigido por el socialista Pedro Sánchez, que apenas llevaba 6 meses en el poder y que se había formado tras la moción de censura que desbancó al entonces presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
En este sentido, el titular de El País del 28 de noviembre de 2018 no dejó lugar a dudas “España rehúsa sumarse a la nueva Ruta de la Seda china”.
Y eso que la influencia del PCCh en aquel entonces sobre los dos principales partidos españoles ya era mucha.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) firmó un acuerdo con el PCCh en 2006 y el PP firmó un ‘memorándum de entendimiento’ con el partido totalitario chino en 2013.
Esta influencia, lograda a base de comprar voluntades, no fue suficiente para que el gobierno traicionara su lealtad a la Unión Europea, que aboga por tratar los temas estratégicos con China con una sola voz.
Por otro lado a un presidente recién llegado, sin tener todas las estructuras del estado controladas y sin el conocimiento internacional suficiente le hubiera sido complicado capear las reacciones nacionales e internacionales derivadas de saltarse la Resolución de Parlamento Europeo P8_TA(2018)0343.
Esta normativa europea se había aprobado el 12 de septiembre, dos meses antes de la visita del mandatario chino a España y dejaba muy claras las preocupaciones y las graves consecuencias que puede tener para la Unión Europea adherirse a “La Franja y la Ruta”:
“Considerando (…) que los proyectos chinos de infraestructuras podrían acarrear para los gobiernos europeos grandes deudas con respecto a bancos chinos de propiedad estatal que ofrecen préstamos en condiciones poco transparentes, y la creación de pocos puestos de trabajo en Europa; que algunos proyectos de infraestructuras de la iniciativa BRI ya han dejado a Gobiernos de terceros países en un estado de sobreendeudamiento; que, hasta el momento, el grueso de todos los contratos en el marco de la iniciativa BRI se ha concedido a empresas chinas; que China está usando algunas de sus normas industriales en proyectos relacionados con la iniciativa BRI de forma discriminatoria; que los proyectos relacionados con la iniciativa BRI no se deben adjudicar a través de una licitación que no sea transparente; que, en el marco de la iniciativa BRI, China utiliza múltiples canales; que veintisiete embajadores nacionales de la Unión en Pekín han elaborado recientemente un informe que critica duramente el proyecto de la iniciativa BRI denunciando que se ha concebido para obstaculizar el libre comercio y colocar a las empresas chinas en una posición ventajosa; que, lamentablemente, en la iniciativa BRI no se contempla ningún tipo de protección de los derechos humanos“, expone la resolución europea.
“Pide a los Estados miembros que participan en el formato 16 + 1 (16 opiniones, un solo interlocutor con China) que confirmen que su participación en este formato permitirá a la Unión contar con una sola voz en sus relaciones con China; pide a los Estados miembros que lleven a cabo un análisis y un examen profundos de los proyectos de infraestructuras propuestos en los que participen todas las partes interesadas y velen por no poner en peligro los intereses nacionales y europeos por un apoyo financiero a corto plazo y unos compromisos a largo plazo con respecto a la participación de China en proyectos de infraestructura estratégicos y un posible aumento de la influencia política, lo cual perjudicaría a las posiciones comunes de la Unión Europea con respecto a China”, solicita con contundencia la resolución a los estados miembros de la Unión Europea.
Sin embargo, Italia sí traicionó a la Unión Europea y a los grandes países occidentales firmando este acuerdo de la “Franja y la Ruta”, y convirtiéndose así en la primera de las grandes potencias mundiales en adherirse a este proyecto.
Y esto es exactamente lo que Pekín persigue en España, muy útil estratégica y económicamente para el PCCh, y así dividir más aún a la Unión Europea.
El régimen totalitario chino quiere pescar en el rio revuelto de nuestra política, actualmente muy desestabilizada, al igual que la italiana que lleva años dando bandazos.
La dictadura china tiene controlado a nuestro gobierno y a casi toda la oposición. Pocos han alzado la voz en nuestro país por la negligencia del PCCh que causó esta pandemia, mientras que la gran mayoría de los países desarrollados criticaron duramente al PCCh por ocultar el virus y por llevarnos a un crisis económica y sanitaria de consecuencias desastrosas, además de pedirle compensaciones.
En esta situación, Pekín busca empujar más aún a nuestro gobierno para que firme el acuerdo de “La Franja y la Ruta”. Esta firma podría traernos grandes desavenencias con nuestros los países europeos. que son nuestros mayores socios comerciales.
Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido representan el 48,21% de nuestras exportaciones, mientras que China solo representa el 2,28%.
El PCCh no va a poner el dinero para compensar un posible boicot de nuestros aliados tradicionales, pueden estar seguros.
Entonces, ¿a que juegan muchos de nuestros gestores públicos, privados y personas influyentes de alta sociedad?
La manera que tiene el PCCh de empujar ahora es a través de nexos de unión ideológicos semejantes, por eso utiliza al PCE creando a través de ellos conglomerados informativos que vendan la falsedad de que unirse a la Franja y la Ruta sería positivo para España.
Ahora mismo el Gobierno de España es una coalición integrada por el PSOE y Unidas Podemos.
Este último partido, cuentra entre sus diputados con el secretario general de PCE, Enrique Santiago, que en los últimos tiempos ha logrado gran influencia en la formación morada.
De hecho, Santiago, que cree que las relaciones entre el PCCh y el Partido Comunista de España tienen una importancia estratégica, abogó en la Conferencia política del PCE de principios de octubre de 2020 por abandonar Izquierda Unida y sumarse a Podemos, formación liderada por el actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.
Y esta es la vía directa que estaría utilizando el PCCh para influir en nuestro ejecutivo y que firme nuestro suicidio económico, la adhesión a la Franja y la Ruta.
Autor: Francisco Jiménez.
Nota del editor: El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura del China Watch Institute.
