La hostil adquisición del Pacífico Sur por parte de China

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El pasado mes de octubre, la República Popular China (RPC) convocó, a través de una videoconferencia, la primera conferencia de ministros de Relaciones Exteriores con cerca de 20 estados insulares del Pacífico. El 3 de diciembre, los chinos siguieron rápidamente esta iniciativa al establecer la “Reserva de Suministros de Emergencia de los Países Insulares del Pacífico”.

La ofensiva diplomática de China en el Pacífico Sur sugiere otro esfuerzo más para reemplazar a Estados Unidos como la principal superpotencia del mundo e instalar sus valores autoritarios en su lugar.

Todas las naciones de las islas del Pacífico invitadas a la conferencia de ministros de Relaciones Exteriores ya adoptaron la Política de una China de Pekín. Algunos de estos países tuvieron vínculos diplomáticos con Taiwán, pero aparentemente se dejaron seducir por la oferta de préstamos financieros, inversiones y prácticas corruptas de Pekín. Estos a veces incluían la interferencia directa en los asuntos políticos internos de estas islas, amenazando la eficacia de sus instituciones gubernamentales. Si bien la República Popular China aún no estableció una organización formal pro China que rivalice con el Foro de las Islas del Pacífico (PIF por sus siglas en inglés), que se inició en 1971, el desafío de la República Popular China es claro. El Partido Comunista Chino (PCCh) aceleró su campaña para aislar a Taiwán del orden internacional existente, ofreciendo sobornos en algunas de estas islas pobres, a las figuras dirigentes para que rompan con Taipei. En la actualidad, sólo quince naciones tienen relaciones diplomáticas formales con Taiwán, y cuatro de ellas están en el Pacífico Sur: las Islas Marshall, Nauru, Palau y Tuvalu.

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Si bien los territorios de las islas del Pacífico son pequeños y la población combinada de estos países se aproxima a solo 2,3 millones, el área territorial de los mismos abarca aproximadamente el 15% de la superficie del mundo. Los incentivos de China para aumentar su influencia en esta región parecen tanto estratégicos como económicos. El Pacífico Sur contiene algunas de las regiones pesqueras mejor dotadas del mundo. La flota pesquera china es la más grande del mundo. China captura alrededor del 20% de las capturas mundiales y consume alrededor del 40% de sus productos del mar.

Los estrategas del PCCh acogerían con agrado cualquier acuerdo sobre las islas del Pacífico que permitiera una base militar china o la oferta de una instalación portuaria de doble uso para la creciente armada de China. Si los buques de guerra chinos pudieran obtener un mayor acceso a las instalaciones portuarias de los estados insulares, los activos navales de China podrían interrumpir el libre paso de los buques navales estadounidenses para abastecer logísticamente a sus aliados en el Océano Pacífico durante una crisis. China posiblemente podría estar en condiciones de interferir en las principales rutas marítimas comerciales en el Pacífico.

Desde el punto de vista militar, las Fuerzas Aéreas y Navales de Liberación del Pueblo Chino (EPL) podrían saltar por encima de la primera y la segunda de las llamadas cadena de perlas, cadenas de islas costeras en el Mar del Sur de China y el Océano Índico. Para lograr esto, China podría desafiar cualquier esfuerzo de los aliados de Free World [Mundo libre] para restringir la salida china de sus buques de guerra a mar abierto. El expansionismo chino en el Pacífico, si no se controla, podría significar la perdición de cualquier esfuerzo estadounidense por establecer un perímetro de defensa de las naciones de la QUAD, integrado por India, Japón, Australia y Estados Unidos, contra la República Popular China en el Océano Pacífico.

La atención mundial se centró en esta región a principios de noviembre cuando se produjeron varios días de disturbios que consumieron partes de la ciudad de Honiara en la isla de Guadalcanal en Islas Salomón. Las causas de los disturbios son varias, entre ellas las tensiones étnicas que existen desde hace décadas entre los ciudadanos melanesios, polinesios, micronesios y chinos. Otra es la existencia de un amargo partidismo político dentro del estado del archipiélago. Esta rivalidad interna está personificada por el gobierno del primer ministro Manasseh Sogavare de la isla de Guadalcanal y su principal oponente Daniel Suidan, de la isla de Malaita. Sogavare sobrevivió a una moción de censura, a principios de este mes, tras los disturbios.

La causa inmediata de los recientes disturbios es la percepción entre muchos nativos de las Islas Salomón de la influencia corrupta de enormes sumas de dinero dispensadas por la China comunista, que supuso una injerencia masiva en la política interna de las Salomón. Suidan afirmó que en 2019 los agentes de la RPC ofrecieron al primer ministro Sogavare un préstamo de 100 millones de dólares para que cambiara su lealtad a Taiwán, con el que las Islas Salomón tenían vínculos diplomáticos desde hacía 36 años, a la China comunista. Suidan también alega que los agentes de China continental proporcionaron ordenadores y coches a otros políticos menores. La ira de los manifestantes se centró en el barrio chino de Honiara, donde muchos edificios fueron destruidos por los incendiarios. La apertura de Sogavare hacia Pekín provocó la afluencia de ciudadanos chinos, que fueron acusados por los isleños de ser arrogantes y de quitarles el trabajo a los nativos. Tropas y personal de seguridad de varias naciones se comprometieron a ayudar a restablecer el orden en las Islas Salomón. Los países de la región, Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Fiyi, enviaron tropas y personal de seguridad a las Salomón, imponiendo un toque de queda para evitar nuevos disturbios.

Kiribati es otro estado insular del Pacífico que rompió relaciones con Taiwán en 2019. El actual presidente Taneti Maamau fue elegido en las elecciones nacionales de 2018 en una plataforma pro ChinaLos chinos prometieron restaurar la pista de aterrizaje de la isla de Cantón, que sirvió como base de bombarderos pesados ​​aliados contra Japón en la Segunda Guerra Mundial. La incursión de los comunistas chinos complicará las operaciones de rastreo espacial y de misiles estadounidenses en la isla.

En Fiji, la China comunista hizo gala de su desprecio por el comportamiento diplomático convencional al interrumpir en una celebración del país anfitrión en honor al 109 Día Nacional de Taiwán el 8 de octubre de 2020. Los diplomáticos chinos iniciaron un tumulto que acabó con la hospitalización de un representante comercial taiwanés herido. Aunque Fiji reconoce la “Política de una sola China” de Pekín y tiene lazos diplomáticos formales con la República Popular China, esas concesiones no impidieron que los diplomáticos de Pekín tuvieran este comportamiento agresivo.

El comportamiento agresivo de los diplomáticos chinos, que demuestra su desprecio por la soberanía de los estados insulares del Pacífico, también se puso de manifiesto en la celebración de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) en Papúa Nueva Guinea (PNG) en noviembre de 2018. La delegación china exigió una audiencia privada con el ministro de Asuntos Exteriores de PNG. Cuando la delegación recibió instrucciones de que esto violentaría las regulaciones de la APEC sobre transparencia, los diplomáticos chinos intentaron irrumpir en la oficina del ministro de Relaciones Exteriores de PNG.

Las tácticas de intimidación de China contra la soberanía de los estados insulares del Pacífico se extendieron también a la dimensión marítima. Palaos que es un estado del archipiélago de unas 340 islas de coral y atolones, es el último miembro de los “Territorios de Administración de Estados Unidos” en el Océano Pacífico que se independizó en 1994. Palaos firmó un Pacto de Libre Asociación con EE. UU. que estipuló que este país es responsable de su defensa hasta 2044. A pesar de esta condición, los barcos pesqueros chinos entraron ilegalmente en la zona económica marítima de Palaos, lo que llevó a la Guardia Costera de Palaos a incautar dos barcos en diciembre pasado. Palaos, que aún mantiene vínculos con Taiwán, rechazó la oferta de financiación de China para una gigantesca planta de procesamiento de pescado en su territorio.

Vanuatu, que mantiene relaciones con China desde 1982, también sufrió una violación pesquera china de su zona económica marítima. Dos barcos, el Dong Gong 13 y el Dong Gong 16, fueron incautados en una zona cercana a las aguas soberanas de Australia. Los pescadores chinos fueron entonces detenidos temporalmente, en la capital de Vanuatu en Port Vila. En Vanuatu persisten los rumores de que los chinos planean transformar un muelle remoto en Luganville en la isla de “Espíritu Santo” en una base militar.

China incluso está explotando el impacto negativo del cambio climático en las islas bajas del Pacífico Sur, donde las aguas del océano están aumentando, supuestamente debido al calentamiento global. El gobierno chino se ofreció a crear islas artificiales para Tuvalu. El punto más alto de las nueve islas del país está a solo 4,5 metros sobre el nivel del mar. A pesar del atractivo de esta tentación, Tuvalu rechazó la propuesta. En cambio, el primer ministro de Tuvalu, Kausea Natano, propuso un pacto de cooperación con todos los estados insulares del Pacífico que aún mantienen vínculos con Taiwán.

Nauru, un estado insular del Pacífico con apenas 12.000 habitantes, también tuvo la temeridad y la prudencia de rechazar una propuesta china. China, bajo la rúbrica de la Iniciativa de la Franja y la Ruta del presidente chino Xi Jinping, ofreció mejorar la deficiente infraestructura de comunicaciones del país ofreciendo tender cables de comunicación submarinosEn lugar de ello, Nauru mantuvo sus vínculos con Taiwán y pidió ayuda al Banco Asiático de Desarrollo y Australia para desarrollar el proyecto.

Las Islas Marshall brindan a EE. UU. la oportunidad de poner fin a otro ejemplo del esfuerzo acelerado de China para proyectar su poder en el Pacífico Sur. El “Pacto de Libre Asociación” de Estados Unidos con las Islas Marshall se renovará en 2023. Los líderes de las Islas Marshall presionaron para que el Departamento de Estado se resista actualizar el acuerdo en forma de unos pocos miles de millones de dólares de Estados Unidos para compensar a los isleños por las depredaciones de la salud y el medio ambiente como resultado de almacenamiento de residuos nucleares, así como por los efectos nocivos de años de pruebas atómicas en la región. Estados Unidos también tiene instalaciones aeroespaciales y nodos de recogida de información en las Islas Marshall. Varios congresistas estadounidenses enviaron recientemente una carta de preocupación al asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en relación con la disputa. Al parecer, cientos de marshaleses todavía tienen condiciones de salud adversas atribuibles a las explosiones atómicas. Algunos representantes del Congreso presentaron una Ley del Pacífico Azul, que cuenta con el apoyo bipartidista del primer Caucus de las Islas del Pacífico de la Cámara de Representantes. Si se promulga, la ley protegería los intereses militares, económicos y estratégicos de Estados Unidos en toda la región del Pacífico Sur.

La intensidad del impulso del Partido Comunista Chino para heredar el manto de superioridad estadounidense en el Pacífico, adquirido por Estados Unidos con gran sacrificio en la Segunda Guerra Mundial, muestra claramente que las ambiciones de Pekín van más allá de la reunificación de Taiwán con la “Madre Patria” china.

La agresiva y persistente ofensiva diplomática de China para ganarse a toda la constelación de mini estados del Pacífico Sur, que alguna vez fueron pro occidentales, sugiere una vez más un deseo decidido de emerger como el global dominante en la región del Pacífico, suplantando a Estados Unidos y a sus aliados libres e independientes, junto con la anexión del resto del mundo. Al parecer, el Partido Comunista Chino planea lograr esto dentro de los próximos 30 años, para 2049, el centenario de la República Popular China.

¿Cuándo dejará Occidente, funcionarios públicos y empresas privadas, de financiar la adquisición hostil de China?

Este artículo fue publicado originalmente en el Gatestone el 3 de enero de 2022

Autor: Lawrence A.Franklin

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