Buque HMNZS Te Kaha en el Mar de China Meridional desde Lumut en Malasia hasta Okinawa en Japón, en una operación de rastreo. (Foto:Wikimedia / Fuerza de Defensa de NZ)

‘Es prácticamente una declaración de guerra’: Filipinas critica la ley de guardacostas de Pekín

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Analistas y pescadores filipinos alertan que la nueva ley de guardacostas aprobada por el régimen totalitario del Partido Comunista Chino es “prácticamente una declaración de guerra”. La nueva ley permite a los guardacostas chinos disparar contra embarcaciones extranjeras en aguas disputadas y demoler estructuras construidas por otros países.

Manila ha presentado una protesta diplomática formal a Pekín.

Los expertos afirmaron que la legislación representa una grave amenaza para los pescadores filipinos en sus propias aguas, y que podría provocar un estallido de violencia atrayendo al aliado del tratado de Manila, Estados Unidos.

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Una nueva ley que permite a los guardacostas chinos disparar a los barcos en aguas disputadas es una “virtual declaración de guerra”, según el jefe de una asociación de pescadores filipinos, mientras que un analista de seguridad dijo que avivará el “odio a China” de los filipinos.

La legislación “contradice el principio de libertad de navegación reconocido por el derecho marítimo internacional”, afirmó Fernando Hicap, presidente de Pamalakaya, una federación de organizaciones de pequeños pescadores que expresó su opinión al afirmar la soberanía filipina sobre su Zona Económica Exclusiva (EEZ por sus siglas en inglés).

En una declaración, advirtió que la ley “es prácticamente una declaración de guerra contra los países que son reclamantes legítimos del territorio marino reclamado por China”.

Según la redacción del proyecto de ley, los guardacostas chinos están autorizados a utilizar “todos los medios necesarios” para detener o impedir las amenazas de los buques extranjeros, y especifica las circunstancias, bajo las cuales, se pueden utilizar diferentes armas [de mano, de barco o aéreas].

También permite a los guardacostas abordar e inspeccionar buques extranjeros en aguas reclamadas por China, así como demoler estructuras construidas por otros países en aguas en disputa.

La medida hizo que el secretario de Asuntos Exteriores de Filipinas presentara una protesta diplomática a Pekín. “Si bien la promulgación de leyes es una prerrogativa soberana, esta -dada la zona en cuestión o, para el caso, el Mar del Sur de China – es una amenaza verbal de guerra para cualquier país que desafíe la ley; lo cual, si no se cuestiona, es una sumisión a la misma”, dijo Teodoro Locsin, Jr.

El analista de defensa Chester Cabalza, miembro de la Universidad de Defensa Nacional de Pekín y del Departamento de Estado de EE. UU., dijo que la ley suponía un “cambio de juego” porque convertía una fuerza “blanca” destinada a la vigilancia, búsqueda y rescate en un amenazante brazo “gris” del ejército.

“Los barcos blancos de los guardacostas simbolizan la máxima tolerancia en todo momento para proteger a los civiles y comerciantes en el mar”, indicó, mientras que los barcos grises son “símbolos de antagonismo y guerra”.

En su declaración, Hicap señaló que esto significa ahora que “los guardacostas chinos pueden disparar a cualquiera, armado o no, en aguas territoriales que reclaman ilegalmente”.

“Se trata de una grave amenaza para los pescadores filipinos, en nuestras propias aguas territoriales”, manifestó.

El analista Cabalza añadió que los pescadores filipinos ya habían experimentado “el acoso de primera mano” de los guardacostas chinos. “Una vez que la nueva ley tenga dientes, traerá antagonismo y baja moral a nuestro pueblo”, expresó. Y añadió, “cuando la ley entre en vigor, los filipinos sentirán odio contra China”.

El 26 de enero, el canal de noticias ANC emitió un vídeo grabado por el pescador filipino Larry Hugo, de 42 años, en el que se ve cómo su barco es perseguido por un buque guardacostas chino en aguas reclamadas por Filipinas cerca de la isla de Pag-asa, también conocida como isla de Thitu, la mayor ocupada por Manila en las islas Spratly, en el Mar del Sur de China.

Hugo dijo que el barco le había impedido llegar a un banco de arena cercano donde solía pescar. “Claro que estoy furioso, antes podíamos ir allí, eso es nuestro”, dijo. “¿Por qué nos prohíben ir allí ahora?”.

En agosto del año pasado, el gobierno municipal de Kalayaan, situado en Pag-Asa, nombró oficialmente cuatro bancos de arena y dos arrecifes de coral cercanos a la isla.

El ex juez del Tribunal Supremo de Filipinas, Antonio Carpio, declaró a This Week in Asia que “la nueva ley china viola la Carta de las Naciones Unidas, que prohíbe el uso de la fuerza para resolver disputas territoriales o marítimas. Si China aplica su nueva ley a Pag-asa o a Ayungin Shoal, eso viola claramente la carta”.

Facultar a los guardacostas chinos para que destruyan estructuras extranjeras también puede agravar las tensiones. En 1999, Filipinas encalló un barco de época de la Segunda Guerra Mundial, el Sierra Madre, en Second Thomas Shoal, cerca del Arrecife Mischief, y colocó una pequeña guarnición en los restos del naufragio para hacer valer su reclamación en la zona. En 2014, Manila rechazó la petición de Pekín de retirarlo.

La nueva ley permite a los guardacostas chinos demoler los restos del naufragio, pero, según los analistas, cualquier intento de hacerlo podría desembocar en un conflicto abierto.

“Un ataque armado en Sierra Madre pondría en marcha el Tratado de Defensa Mutua entre Filipinas y EE. UU.”, dijo Carpio, refiriéndose al pacto militar entre Manila y Washington, según el cual, cualquiera de las dos naciones acudirá en ayuda de la otra en caso de ser atacada por un tercero.

Según el exjuez, la legislación también significa que “China puede declarar zonas de exclusión dentro de la EEZ de Vietnam o Malasia y China puede destruir por la fuerza las plataformas de perforación de Vietnam o Malasia dentro de la ‘línea de nueve rayas'”, por la que Pekín reclama la mayor parte del Mar del Sur de China.

Cabalza manifestó: “Si China utiliza la fuerza para defender su territorio de los enemigos teniendo la mayor flota guardacostas del mundo, será una bomba de relojería que puede explotar en cualquier momento”. Implica que China puede hacer la guerra a cualquier país que amenace sus intereses marítimos.

“El uso de guardacostas en la defensa de las fronteras marítimas es una señal de que puede producirse una guerra plausible”.

Un oficial militar de alto rango en servicio activo, que habló bajo condición de anonimato, relató cómo incluso antes de que se aprobara la ley, los pilotos militares que sobrevolaban la isla filipina de Palawan escucharon un aviso por radio de los guardacostas chinos de que estaban entrando en territorio chino.

“Esperen un momento, ustedes tienen la ciudad de Puerto Princesa bajo su mando, ¿cómo es que esto se convirtió de repente en espacio aéreo chino?”, preguntó.

En los últimos años, la estrategia marítima de Pekín hizo que sus guardacostas asuman un papel cada vez más agresivo. En 2016, China comenzó a construir los mayores guardacostas del mundo para patrullar en el Mar del Sur de China, buques armados tan grandes que han sido apodados “el monstruo” por los analistas de defensa y descritos como un “verdadero buque de guerra” por la revista conservadora estadounidense de asuntos internacionales The National Interest.

Estados Unidos, por su parte, respondió recurriendo también a sus guardacostas. En noviembre, Voice of America informó de que la Marina estadounidense desplegaría guardacostas de “respuesta rápida” en el Mar del Sur de China “para proteger los intereses de Estados Unidos y sus socios en la región”.
“La nueva ley establece una acción unilateral y forzada para socavar la soberanía de las naciones que van en contra de la voluntad de China”, dijo el analista Cabalza. “Implica que China es el único amo en las aguas disputadas del Mar del Sur de China y que hay que seguir sus reglas, de lo contrario la desobediencia tiene consecuencias”.
Hicap de Pamalakaya pidió al gobierno filipino que “denuncie con decisión esta ley y proteja a los filipinos contra los agresores chinos”, mientras que la senadora Rita Hontiveros la calificó de “acontecimiento muy negativo”.
En un tuit del 25 de enero, en respuesta a Hontiveros, el secretario de Relaciones Exteriores, Teodoro Locsin Jr., dijo que la legislación “no es asunto nuestro; es asunto de qué leyes aprueba China”. 

El mismo día, el portavoz presidencial Harry Roque dijo a los periodistas que “aunque los países tienen el poder de aprobar leyes sobre su territorio, estas leyes tienen que cumplir con las obligaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”, y añadió que el uso de la fuerza estaba prohibido por el derecho internacional.

El exsenador y oficial retirado de la marina filipina Antonio Trillanes, declaró: “Creo que la nueva ley de guardacostas chinos sólo pretende intimidar a los demás reclamantes y no necesariamente utilizar la fuerza en primera instancia. Aun así, seguramente aumentarán las posibilidades de un error de cálculo en el Mar de Filipinas Occidental [la parte del Mar del Sur de China que forma parte de las aguas territoriales del país]”.

Este artículo fue publicado originalmente en South China Morning Post el 27 de enero de 2021.
Autor: Alan Robles
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