El PCCh carece de legitimidad en China: Reflexiones de la ‘segunda generación roja’

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La segunda generación roja (红 二代, también traducida como “Princelings”) se refiere a aquellos cuyos padres ocuparon puestos de rango medio o alto en el Partido Comunista Chino (PCCh) o en el gobierno desde 1949, cuando el PCCh llegó al poder en China, hasta la década de 1970. “Princeling” es un término similar, pero generalmente se refiere a aquellos cuyos padres son funcionarios de alto rango.

A los ojos de la primera generación de líderes del PCCh, la segunda generación roja es el grupo más leal y confiable. Por lo tanto, les gustaría transmitir su poder a este grupo. La instalación de Xi Jinping [un príncipe], como el máximo líder del PCCh representa una transición de poder.

Recientemente, Cai Xia (蔡霞), de la segunda generación roja, exprofesora de la Escuela del Partido Central del PCCh, llegó a los Estados Unidos. El 10 de septiembre, en una entrevista con la Voz de América, denunció al PCCh. Ella reveló que un buen número de la segunda generación roja, que supera con creces la imaginación de los foráneos, ha reflexionado profundamente sobre el PCCh y ha cuestionado la legitimidad de su gobierno. Esto demuestra que incluso los miembros de la segunda generación roja, que se supone que son los partidarios y beneficiarios acérrimos del PCCh, han perdido su confianza en él.

Por ejemplo, un príncipe que desafió al PCCh es Ren Zhiqiang, un ex magnate inmobiliario chino. El 22 de septiembre, el PCCh utilizó cargos de corrupción para sentenciarlo a 18 años. Sin embargo, se cree que su castigo es el resultado de sus audaces críticas al sistema de partidos y a Xi Jinping. Una vez se refirió indirectamente a Xi como “un payaso que se desnudó e insistió en seguir siendo un emperador”.

Lo siguiente es un extracto de su entrevista:

En una cena con un grupo de la segunda generación roja, hablamos de nuestras “reflexiones (sobre el PCCh)”:

  • Algunas personas dijeron que deberíamos reflexionar sobre si el país ha ido en la dirección correcta desde la masacre de Tiananmen en 1989.
  • Otras manifestaron que sería necesario volver a 1978 para reflexionar sobre si la política de apertura y reforma ha resuelto los problemas de la era de Mao.
  • También había personas que no estaban de acuerdo y decían que debíamos retroceder a 1966, cuando comenzó la Revolución Cultural.
  • A lo que otras personas respondieron que deberíamos volver al 8º Congreso Nacional del PCCh en 1956 cuando hubo cierta promoción de la democracia dentro del partido y no se permitió la idolatría personal.
  • No faltaron quienes opinaban que deberíamos volver a 1949 cuando el PCCh tomó el control de China y cuestionar si el sistema de partidos era legítimo.
  • Finalmente, una persona dijo que la reflexión debe comenzar en 1920, en el nacimiento del PCCh, y seguir su conexión con lo que ha pasado el país.

Un gran número de la segunda generación roja cree que el hecho de que tengamos un estatus privilegiado indica que los objetivos por los que nuestros padres lucharon no se han alcanzado realmente. Nuestros padres persiguieron “la soberanía descansa en el pueblo, y la soberanía regresa al pueblo” de todo corazón cuando siguieron al Partido Comunista en violentas revoluciones, guerras, derramamiento de sangre y sacrificios.

La segunda generación roja tiene la responsabilidad de hacer todo lo posible para promover el crecimiento de China, y para promover y cumplir las tareas que nuestros padres no han sido capaces de completar.

Al final, los reflejos de la segunda generación roja acabarán por sacudir el régimen del PCCh.

Para su propio propósito, este partido siempre se ha opuesto a “las diferentes opiniones dentro del partido”. Enfatiza la unidad de pensamiento y nunca permite que la gente tenga una comprensión diferente. Especialmente desde 2013, el partido propuso que la gente debe mantener un alto grado de coherencia con el Comité Central del Partido en cualquier momento y en todas las circunstancias. Algunas personas incluso dijeron, “Si uno no puede ser absolutamente leal (al partido y a su máximo líder), esa persona no es absolutamente leal”. Este tipo de declaraciones sugieren que el PCCh no permite que la gente piense. Si no hay divisiones ideológicas, no habrá voces diferentes que formen nuevas fuerzas para cambiar la situación actual.

El PCCh no tiene legitimidad en China. He trabajado dentro del sistema durante décadas. Siempre que se trataba de dar al pueblo chino el derecho a ejercer su derecho democrático a votar, algunos dirían que el PCCh se ganó su legitimidad de gobierno gracias a sus 28 años de revolución y sacrificios sangrientos y que cuenta con el apoyo del pueblo chino. Sin embargo, esta gente [el PCCh] no tuvo nada que ver con esa “revolución”. Fue la generación de sus padres o la generación de sus abuelos quienes lucharon en la guerra.

El público en general podría haber reconocido la legitimidad del PCCh en 1949 o en los comienzos de los años cincuenta, después de que ganara la guerra civil, pero han pasado 70 años. ¿Cómo pueden los funcionarios del PCCh seguir viviendo del pasado? La legitimidad del PCCh desapareció hace mucho tiempo.

El PCCh tiene miedo de las elecciones democráticas. Siempre ha afirmado que representa al pueblo y lo apoya. Nunca se ha atrevido a separar al pueblo como una entidad independiente porque – si el partido lo hiciera – nunca ganaría el poder mediante las elecciones. Es una dictadura de un solo partido. Por lo tanto, siempre que los países occidentales tienen un año de elecciones generales, el PCCh dice, que las elecciones son políticas impulsadas por el dinero; mira cuánto dinero gastan en las elecciones; nosotros -no lo necesitamos porque- el pueblo nos apoya. Sin embargo, el partido, nunca se atrevió a pasar por una verdadera elección democrática.

El PCCh siempre ha afirmado que está comprometido con la reforma y la apertura, y que está comprometido con el desarrollo económico. Por lo tanto, la gente tiene una buena vida y los apoya. De hecho, ese no es el caso. La reforma y la apertura a finales de los años 70 rescataron al partido de la crisis de legitimidad a la que se enfrentaba [la economía de la nación estaba al borde del colapso en ese momento]. En la década de 1980, dieron a la gente algo de libertad económica. En los años 90, la economía del mercado estaba avanzando. Fue, en efecto, un logro político. La gente tenía una vida mejor y las tensiones sociales comenzaron a aflojarse.

Pero, ¿y ahora? Roban dinero, ocupan las tierras de la gente y derriban sus casas. En otras palabras, el partido ha perdido su legitimidad. No tiene logros y no permite que la gente viva una buena vida. Ahora están pidiendo a la gente que se prepare para una vida de dificultades, y mientras tanto saquean la riqueza que la sociedad creó y usan esa riqueza para sus propios fines. En este momento, si el PCCh separa al partido del pueblo y le tiene especial miedo del mundo exterior, es porque ha perdido toda su legitimidad.

¿La base de la sociedad apoya al Partido Comunista? La clase baja no tiene voz. No pueden expresar sus opiniones. ¿Qué método pueden utilizar para expresar su insatisfacción con la actual tiranía totalitaria? Sólo pueden resistir y resistir, hasta el punto en que no pueden soportarlo más.

Escuché que un decano de una facultad de la Universidad de Harvard escribió que el 93 por ciento de los chinos están muy satisfechos con el sistema actual de China, el liderazgo y el gobierno del Partido Comunista Chino.

Sólo quiero preguntar: ¿De dónde vino esta conclusión del 93 por ciento?” La verdad no puede ser difundida en los medios de comunicación en China, pero esta información no parece haber tenido impedimento alguno. Por lo tanto, creo que es bastante engañosa. Así, la gente del mundo exterior no entiende completamente la situación en China, y esas cosas pueden crearles confusión.

Algunas personas en China siempre sienten que, mientras no me hagas daño, yo no te haré daño. No hablarán a menos que se infrinjan sus derechos o se les empuje al punto en que no puedan sobrevivir.

¿Cómo puede China lograr la democracia constitucional? A lo largo de los años, la economía de China ha crecido. Vemos edificios altos, autopistas y aplicaciones de alta tecnología. La alta tecnología puede ser usada para beneficiar a la sociedad y al pueblo, pero ahora los gobernantes totalitarios usan la alta tecnología como una herramienta de vigilancia para monitorear al pueblo completamente.

Si China quiere avanzar hacia una democracia moderna, necesitamos lo siguiente:

  • Primero, derribar a Xi Jinping para romper el actual punto muerto.
  • Segundo, eliminar el PCCh como partido gobernante.
  • Tercero, revolucionar el actual sistema totalitario.
  • Cuarto, crear una transición pacífica.

Las élites y el público deben comunicarse, cooperar, comprometerse y negociar, y todos deben trabajar juntos para hacer avanzar a China. Debemos revelar la verdad oculta del PCCh.

Autoría: Este artículo fue publicado originalmente en CHINASCOPE el 13 de octubre de 2020.

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