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Científico alemán cree al 99,9% que el coronavirus salió del laboratorio de Wuhan

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Un nuevo estudio basado en un año de investigación de un físico alemán concluyó que el coronavirus de Wuhan comenzó con un accidente en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV por sus siglas en ingles).

El Dr. Roland Wiesendanger, que se especializó en nanociencia en la Universidad de Hamburgo, publicó el 18 de febrero un informe de 105 páginas sobre ResearchGate titulado “Estudio sobre el origen de la pandemia de coronavirus”. El estudio se llevó a cabo de enero a diciembre de 2020 en base a literatura científica, artículos impresos, medios en línea y correspondencia con investigadores internacionales.

En su informe, Wiesendanger enumeró seis “indicios importantes” de que la pandemia de coronavirus comenzó con una filtración del WIV.

No se encontró ningún huésped natural

Wiesendanger señala que, a diferencia del SARS y el MERS, no se encontró ningún huésped intermedio entre los murciélagos y los humanos, más de un año, desde el inicio de la pandemia. Hasta ahora, no hay evidencia de que la teoría zoonótica explique el brote.

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De hecho, durante el informe conjunto de China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado el 9 de febrero, Liang Wannian, jefe del Grupo de Expertos de Respuesta al COVID-19 de la Comisión Nacional de Salud de China, declaró que 50.000 muestras de 300 especies diferentes de animales salvajes (incluidos los murciélagos), así como 11.000 animales de granja en 31 provincias chinas -tomadas entre noviembre de 2019 y marzo de 2020- dieron negativo para el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el COVID-19.

Muy adecuado para unirse a células humanas

El investigador afirmó que el coronavirus del SARS-CoV-2 es “asombrosamente eficaz” para unirse a las células receptoras humanas (hACE2). Dijo que esto se debe a sus dominios especiales de unión a hACE2 emparejados con los sitios de escisión de furina de la proteína de espiga reveladora del virus.

Afirmó que es la primera vez que un coronavirus presenta ambas características y que apunta a un “origen no natural”. Dentro de los betacoronavirus del linaje B de los sarbecovirus, el sitio de escisión de la furina polibásica es exclusivo del SARS-CoV-2, según News Medical Life Sciences.

Murciélagos equivocados en Wuhan

Wiesendanger señaló que no se vendían murciélagos en el tristemente célebre Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan, donde comenzó el primer evento conocido de super difusión. Liang declaró que ningún animal o “producto animal” dio allí positivo en el virus y que las primeras personas que contrajeron el COVID no habían visitado el mercado.

Los tipos de murciélagos endémicos de Wuhan no son portadores de los tipos de coronavirus asociados al SARS y al COVID-19. Esos coronavirus sólo se encuentran en murciélagos de herradura a casi 2.000 kilómetros de distancia, en las cuevas de la provincia de Yunnan.

Lo que sí tiene Wuhan es el WIV, que alberga “una de las mayores colecciones de patógenos de murciélagos del mundo”, observó Wiesendanger. Afirmó que es “extremadamente improbable” que los murciélagos hayan hecho el viaje de 2.000 km hasta Wuhan y hayan iniciado un brote que casualmente estaba cerca del WIV y de al menos otros dos laboratorios que investigan los virus de los murciélagos en la ciudad.

Historia de la fabricación de quimeras

El científico mencionó entonces que un equipo de investigadores, dirigido por Shi Zhengli, también conocida como “la mujer murciélago”, lleva desde 2007 investigando cómo las proteínas de espiga de los coronavirus naturales y quiméricos similares al SARS se unen a los receptores ACE2 de las células de los humanos, murciélagos y otros animales. Wiesendanger alegó que el objetivo de esta investigación es hacer que estos virus sean “más infecciosos, más peligrosos y más mortales”.

Medidas de seguridad poco estrictas

Wiesendanger escribió que las medidas de seguridad habían sido “documentadas como insuficientes” antes del comienzo de la epidemia de coronavirus. A principios de marzo del año pasado, salieron a la luz fotos tomadas en 2018 desde el interior del laboratorio que mostraban un sello deformado en la puerta de un congelador que contenía patógenos.

En 2017, la televisión estatal china publicó un vídeo en el que se veía a los científicos del WIV hablando de las mordeduras de los murciélagos. Otras imágenes del programa muestran a los científicos recogiendo heces de murciélagos potencialmente infecciosas mientras llevan mangas cortas y pantalones cortos y sin ningún equipo de protección personal perceptible, aparte de guantes de nitrilo porosos.

Indicios directos de fuga en el laboratorio

A continuación, Wiesendanger cita varios incidentes que son indicativos de un accidente de laboratorio, como los informes de que una joven investigadora del laboratorio, identificada como Huang Yanling, era supuestamente la “paciente cero” y había desaparecido tras contraer la enfermedad. El WIV y el gobierno chino han negado con vehemencia que estuviera infectada, pero más de un año después, su paradero sigue siendo desconocido y toda la información sobre ella se borró del sitio web del WIV.

También se refirió al análisis realizado por las agencias de inteligencia estadounidenses de un informe privado que supuestamente había encontrado pruebas de un “cierre” y un “evento peligroso” que supuestamente tuvo lugar en el WIV en octubre de 2019. Más recientemente, el 15 de enero, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó un informe en el que se afirmaba que varios científicos dentro del laboratorio habían enfermado con “síntomas consistentes tanto con el COVID-19 como con enfermedades estacionales comunes” en el otoño de 2019.

En una entrevista con el periódico alemán ZDF, el científico afirmó estar “seguro al 99,9%” de que el coronavirus salió del laboratorio. Sin embargo, admitió que el conjunto actual de pruebas que apuntan a una fuga del laboratorio, aunque es amplio, es actualmente “circunstancial”.

Durante una entrevista en “Face the Nation” el domingo (21 de febrero), el exasesor adjunto de seguridad nacional (DNSA por sus siglas en inglés), Mathew Pottinger, dijo que los “militares chinos estaban haciendo experimentos secretos clasificados con animales en ese mismo laboratorio” ya en 2017. Añadió que hay “buenas razones para creer” que se produjo un brote de una “enfermedad parecida a la gripe” entre los científicos del WIV en el otoño de 2019, justo antes de que se registraran los primeros casos de un nuevo tipo de neumonía en Wuhan.

Este artículo fue publicado originalmente en Taiwán News el 23 de febrero de 2021.

Autor: Keoni Everington

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