Los tres crímenes morales del régimen chino que el mundo debe abordar ya

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La pandemia COVID-19 sirvió como una llamada de atención al mundo. Como resultado, Estados Unidos y el mundo occidental han comprendido mejor la verdadera naturaleza del Partido Comunista Chino (PCCh) y, por lo tanto, han empezado a perseguirlo por sus crímenes: desde imponer “un país, un sistema” en Hong Kong hasta perseguir a los uigures en Xinjiang; desde la proliferación de la tecnología nuclear y la prestación de apoyo financiero a Irán hasta la violación de la privacidad del consumidor en materia de programas informáticos y equipos, y desde la lenta pero inexorable apropiación de tierras ajenas hasta el total desprecio por el cumplimiento de su palabra.

Sin embargo, el mundo aún no ha tomado medidas materiales y decisivas contra el PCCh por tres de sus principales crímenes contra la humanidad. Estos crímenes violan la moral humana de manera tan significativa que si no actuamos sobre ellos y si continuamos mirando hacia otro lado, entonces nosotros, la raza humana, seguiremos viviendo en un contenedor moral roto bajo la sombra del PCCh. Además, los practicantes religiosos no podrán presentarse ante nuestro Creador y decirle que hemos seguido su camino.

Sustracción de órganos vivos

El primer crimen es que el PCCh trate los órganos de los seres humanos vivos como un terreno fértil para la cosecha. Muchas de las víctimas son prisioneros de conciencia que el PCCh quiere eliminar, siendo los practicantes de Falun Gong el objetivo principal, y los uigures el segundo. ¿Quién sabe qué otros grupos escogerá el PCCh a continuación?

Los medios de comunicación occidentales rara vez informan de este crimen, pero eso no significa que este crimen no haya ocurrido o no siga ocurriendo. Chinascope informó de un reciente caso “increíble” en el que, para realizar un trasplante de corazón, los médicos chinos recogieron cuatro corazones en diez días. Todos tenían el tipo de compatibilidad y todos estaban “fácilmente disponibles” a tiempo. Entonces el régimen comunista se aplaudió a sí mismo por haber salvado una vida.

El Parlamento Europeo, el Congreso de los Estados Unidos y muchas organizaciones han condenado la práctica de sustracción de órganos del PCCh. El acontecimiento significativo más reciente sobre esta cuestión fue el Tribunal de China en Londres, que confirmó la práctica del PCCh en su sentencia final del 17 de junio de 2019.

Sin embargo, ningún gobierno ha tomado medidas concretas contra el PCCh por este delito.

Sin embargo, este crimen ha subvertido dramáticamente la integridad ética del ser humano de una manera que no podemos ignorar. Tampoco podemos fingir que no ha ocurrido.

Es posible que muchas personas no comprendan del todo lo que significa la “sustracción de órganos vivos”. En China significa que el PCCh decide, contra su voluntad y contra la voluntad de sus familiares y seres queridos, que los órganos vitales necesarios para mantener su vida pueden ser extraídos de su cuerpo y colocados en el cuerpo de otra persona, tras lo cual, como resultado de la decisión del PCCh, usted muere y su cuerpo es (muy probablemente) incinerado.

No hay ningún país en el mundo que haya confiado a su gobierno el poder de decidir que una persona sea asesinada para que sus órganos puedan ser extraídos y dados a otra persona. ¿De dónde obtuvo el PCCh tal poder? ¿No violó el derecho más fundamental al que creemos que todo ser humano tiene derecho: el derecho a la vida?

Control mental

El segundo crimen que ha cometido el PCCh es su control de pensamiento sobre los 1.400 millones de chinos. A través del control de los medios de comunicación, el control de Internet que incluye “la otra muralla china”, y métodos como el arresto, la persecución o la desaparición de personas, el PCCh decide lo que la gente puede y no puede leer, oír o decir y así perpetúa el mito de que el partido es “grande, glorioso y correcto”.

La gente puede no darse cuenta de la importancia de este crimen para el pueblo chino.

Nuestro pensamiento filosófico es lo que diferencia a los seres humanos de los animales. Los humanos tienen la capacidad de pensar y razonar de forma abstracta. “Pienso, luego existo”. Cuando el PCCh le quita al pueblo chino la capacidad de pensar e incluso programa su pensamiento, ¿siguen siendo humanos o se convierten en una especie de robot sin mente fabricado por el PCCh?

A menudo, aquellos que piensan las cosas detenidamente, que empiezan a comprender la naturaleza del PCCh y que reconocen que la definición de lo correcto y lo incorrecto, y el bien y del mal se derivan de una fuente superior a la del PCCh, son reprimidos por el régimen e incluso puede que desaparezcan repentinamente. Eso muestra cuánto desea el PCCh que la gente no piense por sí misma.

Sin embargo, el pueblo chino no es la única víctima. Cuando piensan de manera uniforme según los dictados del partido, sus interacciones con el mundo reflejan el deseo del partido. Cuando los estudiantes chinos de la Universidad de California en San Diego protestaron porque la universidad invitó al Dalai Lama a dar un discurso, ¿no estaban ellos extendiendo sin saberlo la propaganda del PCCh y extendiendo su control al resto del mundo?

Sin embargo, ningún gobierno ha tomado medidas concretas contra el PCCh por este delito.

En 2010, Estados Unidos hizo un intento. El congreso aprobó la financiación para romper el gran cortafuegos del PCCh, pero el Departamento de Estado concedió el dinero a organizaciones no gubernamentales especializadas en la formación e investigación de los medios de comunicación, no a las que tenían la tecnología para romper el cortafuegos del PCCh.

Persecución religiosa

El tercer crimen que ha cometido el PCCh es la prohibición de todas las religiones en China.

Para muchos practicantes religiosos, seguir su religión puede ser el esfuerzo más significativo de su vida. Muchos cristianos creen que el sentido de la vida es difundir el Evangelio y salvar a las personas para que puedan reunirse con Dios en el cielo. Cuando el PCCh impide que la gente busque orientación espiritual, ¿no está, al mismo tiempo, destruyendo el significado de la vida?

Muchas religiones tienen los conceptos del cielo e infierno y sostienen que la creencia religiosa puede ayudar a la gente a ir al cielo. Cuando el PCCh prohíbe a la gente practicar su religión, ¿no los está enviando al infierno?

Sin embargo, ningún gobierno ha tomado medidas concretas contra el PCCh por este delito.

Las Naciones Unidas, los Estados Unidos y muchos países occidentales han criticado las violaciones de la libertad de religión por parte del PCCh, pero la mayoría de sus acciones fueron sólo críticas verbales.

El PCCh no sólo impide que las personas tengan religiones verdaderas. En realidad ha creado prácticas religiosas falsas como su propia versión de las iglesias, que han prometido seguir el liderazgo del partido. El PCCh rechazó a los obispos que el Vaticano nombró y declaró su propia versión de obispos. Eventualmente forzó al Vaticano a trabajar con él para decidir conjuntamente sobre los obispos. Emitió lo que llama la certificación “oficial” del “Buda viviente” en el Tíbet. Eliminó las cruces y reemplazó las imágenes del Salvador con las de Xi Jinping. ¿No se declara el PCCh como el ser más elevado? ¿No se está representando a sí mismo como un dios y tratando de cortar la conexión del hombre con el Dios real?

¿Dejará el poder divino que el PCCh se salga con la suya?

Los verdaderos practicantes de la religión en Occidente pueden enfrentarse a esta pregunta: después de ver todos los malvados intentos del PCCh de atacar a la Divinidad, de bloquear al pueblo chino para que no reciba los mensajes de nuestro Creador y de arruinar su camino hacia el Cielo, ¿nos permitirá nuestra conciencia mirar simplemente con recelo y no hacer nada?

Aunque no nos centremos en las obligaciones espirituales del hombre, nuestros valores y conciencias mundanas no nos permitirán no hacer nada. Como seres humanos, ¿podemos simplemente voltear la cabeza y mirar hacia otro lado cuando vemos que los derechos inalienables de nuestros semejantes son arrebatados, ya sea el derecho a vivir, el derecho a pensar o el derecho a creer? ¿No deberíamos tomar medidas contra los crímenes inmorales del PCCh y ayudar a todas sus víctimas a lograr la justicia en la mayor medida posible que esté dentro del ámbito de nuestra comprensión y en la mayor medida posible que esté dentro de nuestras capacidades?

Solíamos tener coraje. Enfrentamos la invasión y el genocidio nazi; prometimos detenerlo y juramos “¡Nunca más!” . Nos enfrentamos a la imprudente exportación de la revolución roja de la Unión Soviética y a la acumulación masiva de armas nucleares; tuvimos el valor de detenerla e incluso provocamos su desaparición. Ahora que nos enfrentamos a los viciosos ataques del PCCh contra la moral de los seres humanos, ¿tenemos todavía el valor de defender nuestros valores, nuestra moralidad y los poderes superiores en los que confiamos?

Todos y cada uno de los seres humanos tienen responsabilidades. Nuestras responsabilidades incluyen no sólo vivir y cuidar de nosotros mismos y de nuestros seres queridos, sino también mantener la integridad, la moralidad y las creencias espirituales de la raza humana.

Autoría: Este artículo fue publicado originalmente en Chinascope el 16 de septiembre de 2020.

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