PCCh 1993 – 2021: Evolución y situación actual

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La caída del comunismo en China: Lecciones del colapso de la URSS

Parte 1:  Introducción

Parte 2. El Marco Comunista

Parte 3. La implantación del marco comunista a través de la fuerza y la coerción

Parte 4. Evolución post Stalin y colapso de la URSS

Parte 5: PCCh 1989-1992. Hibridación ideológica y estrategia de ataque

Parte 6. PCCh 1993 – 2021: Evolución y situación actual

El mandato de Jiang Zemin (1993-2003) se caracterizó por dos aspectos fundamentales. El primero es la continuación de la apertura y reformas económicas, con el hito de la entrada en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001. La teoría de la “triple representatividad” por la que se justifica la entrada de ejecutivos y hombres de negocio en el partido la hizo polémica para los sectores más conservadores, no adquiriendo la categoría de “pensamiento” como las de Mao, Deng y, posteriormente, Xi. El segundo aspecto, es la aplicación con especial dureza de la máxima de Sun Tzu “gobernar sobre muchas personas como si fueran pocas es una cuestión de dividirlas en grupos”. El control de la población se apoya en parte en la división social, miembros del Partido, ciudadanos comunes y minorías étnicas y religiosas. El PCCh, mientras acelera las reformas económicas, aumenta la presión sobre las minorías de manera brutal tanto en el Tíbet y los uigures de Xinjiang como, desde 1999, a los practicantes de la vía de cultivación de Falun Gong. Falun Gong (también llamada Falun Dafa) es una disciplina ancestral de qigong que combina ejercicios lentos y meditación con una filosofía moral centrada en los principios Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Falun Gong se popularizó a principios de los 90 hasta tener en menos de una década alrededor de 100 millones de practicantes en China, más que miembros del PCCh, lo que alarmó a Jiang Zemin, que creó la Oficina 610 con el objetivo de “erradicar” la práctica. Para ello, se lanzó una campaña de propaganda polifacética, un programa de conversión ideológica y reeducación en campos de trabajo y una variedad de medidas coercitivas que incluyen la tortura física y la extracción forzada de órganos a practicantes vivos para su venta en hospitales estatales con el visto bueno de las autoridades sanitarias chinas.

Hu Jingtao (2003-2013) sustituye a Jiang Zemin en un confuso pero pacífico proceso. Hu reequilibra en parte la presión interna sobre la población local con el concepto de “sociedad armónica” mientras en el exterior continua con la estrategia del engaño a occidente proponiendo la narrativa del “ascenso pacífico”. La mentira del “ascenso pacífico” se explicaba en términos como el siguiente:” …no solo abrimos nuestro mercado interno, sino que aprovechamos el mercado mundial como modo de asegurar la coexistencia pacífica con el resto del mundo. Buscamos una situación que sea mutuamente beneficiosa para todos, en la que no haya perdedores, sólo ganadores, compitiendo en un terreno de juego nivelado para todos los países por igual, con las mismas reglas y bajo el principio de poder obtener las mayores ventajas mientras evitamos los factores negativos[2]. Lo verdaderamente curioso es que gracias a la acción coordinada de la diplomacia, el control de los medios de comunicación y las acciones del Departamento de Trabajo del Frente Unido, muy poca gente e instituciones en aquella época parecieron sorprenderse o protestar a pesar de que eran de conocimiento público las actividades sistemáticas de robo y espionaje junto con la lentitud en la apertura real de su mercado interno.

En consecuencia, un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada kilo de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte kilos que te suministras a ti mismo” (Sun Tzu). Durante el mandato de Hu el país, que llevaba de 2001 a 2010 creciendo a un 10,5% anual, se convierte en la segunda economía a nivel mundial. También, enmarcado en este movimiento y aprovechando el éxito macroeconómico, se impulsa un nuevo nacionalismo identitario construyendo un relato – un nuevo híbrido entre valores del Partido y cultura tradicional milenaria- capaz de reemplazar la modernidad de Occidente cuyo éxito significa el atraso de China. El éxito aparente del modelo chino pone en valor al PCCh y lo justifica ante su población como una nueva dinastía que devolverá el liderazgo histórico de China en el mundo tras las dinastías imperiales del pasado.

La llegada de Xi Jinping [2] al poder en 2013 implica un impulso adicional a los planes expansionistas y un refuerzo de su liderazgo dentro del Partido y, por ende, en el país. Destacamos tres líneas de acción. Primero, y nada más iniciar su mandato, Xi ejecuta una tremenda campaña anti-corrupción, la más extrema desde Mao, con cientos de miles de detenidos en todos los niveles (“tigres y moscas”) del Partido, servicio secreto y ejército con medio millón de funcionarios sancionados. Se ejerció especial dureza sobre el denominado “clan de Shanghai” de Jiang Zemin. Segundo, se deroga la constitución para eliminar la limitación de dos mandatos y se incluye en ella “el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era“. Tercero, se ponen en marcha dos ambiciosos planes expansionistas “La Franja y la Ruta” y “Made in China 2025”. El primero, apoyándose en la antigua Ruta de la Seda, se basa en la creación seis corredores económicos y marítimos para fomentar el comercio internacional y, en realidad, aumentar la influencia del régimen en los países (normalmente en vías de desarrollo) donde se construyen las infraestructuras necesarias. El segundo, se trata del fomento de la fabricación local para tomar el “liderazgo tecnológico mundial” en 2049 (100 años de la llegada al poder del PCCh). Si a lo anterior se le une una posición más beligerante en lo diplomático en los últimos años (Wolf Warrior’s diplomacy, en inglés) da la impresión que el Partido, sintiéndose fuerte, ha pasado claramente a la ofensiva en los principales frentes.

Segunda economía mundial y con poca afección a la crisis financiera de 2008-2011, liderando tecnologías como el 5G, mayor capacidad de fabricación a nivel mundial, mayor flota marítima, segundo mayor ejército a nivel mundial y con planes expansionistas muy ambiciosos. Múltiples medios de comunicación y analistas occidentales llevan varios años resaltando estos datos y mostrando a China como la futura primera potencia en el nuevo orden mundial. Recientemente, como informamos en este portal, el expresidente español, José Luis Rodriguez Zapatero, escribía un artículo para el China Daily sobre la necesidad de que el mundo acepte y se adapte al papel cada vez más determinante de China en el tablero geopolítico mundial. Aunque es un hecho que muchas de estas voces occidentales están influidas, de forma más o menos directa, por el PCCh para cumplir con su cometido de propaganda exterior, también lo es que algunos están cayendo en la trampa de asumir como reales los datos oficiales del régimen autocrático chino. Recordemos una vez más que “toda operación militar implica engaño” (Sun Tzu) y que el hermetismo en el manejo de la información es extremo.

Michael Beckley [5], profesor de la Universidad de Tufts en EE. UU., publicó un libro en 2018 en el que se analizaba en detalle inconsistencias sobre los datos oficiales del régimen chino y entendimientos erróneos sobre sus implicaciones. Por ejemplo, un hecho cierto, es que China era en la década de 1830s la primera economía mundial en términos de PIB pero eso no impidió que perdiera las guerras del opio con Reino Unido a pesar de superarla ampliamente en número de tropas y en tamaño de su economía. Una de las conclusiones de esto es que “masa/tamaño” (PIB, por ejemplo) no es lo mismo que “potencia/fuerza”. Para que el PIB, que además es un dato calculado y no medido y por lo tanto sujeto a manipulación, sea representativo del poder de una nación, la asignación de los recursos tiene que ser adecuada y si por algo se caracteriza sistemas autocráticos como el del Partido Comunista Chino es, precisamente, por lo contrario. Dentro del “engaño” informativo continuo, se sabe que más de la quinta parte de las viviendas en China están vacías, que el endeudamiento interno es brutal (al menos más de 3 veces el PIB), que el progresivo envejecimiento de la población va a impactar muy negativamente a la economía en los próximos años y que debido a la sostenida represión del régimen a la población, su popularidad está bajando como las protestas de Hong Kong (pre-COVID) mostraron al mundo. Además, la purga anti-corrupción de Xi nada más llegar al poder ahonda en la idea de grandes fallos en el proceso de asignación óptima de los recursos económicos y humanos. Al igual que el incidente de Chernóbil mostró al mundo los defectos del programa nuclear e, indirectamente, sirvió de indicador adelantado de la degradación del sistema soviético, ¿es la pandemia del COVID-19 el Chernóbil del PCCh?

Referencias:
[1] http://english.people.com.cn/data/people/jiangzemin.shtml; https://www.abc.es/espana/20140210/abci-audiencia-nacional-tibet-201402101419.html: Cook, Sarah; Lemish, Leeshai (Noviembre de 2011). «The 610 Office:Policing the Chinese Spirit». China Brief 11 (17). https://jamestown.org/program/the-610-office-policing-the-chinese-spirit/Ong, Larry (8 de julio de 2016). «Inspection of ‘Chinese Gestapo’ Begins With Unusual Announcement». La Gran Epoca. https://www.theepochtimes.com/inspection-of-chinese-gestapo-begins-with-unusual-announcement_2110591.html Spiegel, Mickey (2002). Dangerous Meditation: China’s Campaign Against Falungong. New York: Human Rights Watch. ISBN 1-56432-270-X.https://www.hrw.org/reports/2002/china/China0102-02.htm#P331_49488 “Hu Jintao: The Making of a Chinese General Secretary”- Published by Cambridge University Press:  20 March 2003 https://web.archive.org/web/20101011130705/http://www.spanish.xinhuanet.com/spanish/2008-03/16/content_597295.htm; https://www.eastasiaforum.org/2011/07/10/chinese-leadership-the-challenge-in-2012/
[2] CWI-Agustín Puzo, 2020- “China, 70 años de guerra encubierta”
[3] Sun Tzu- “El Arte de la Guerra”
[4] http://epaper.chinadaily.com.cn/a/202103/29/WS60610540a31099a234354f9b.html
[5] https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2021/05/china-paper-dragon/618778/

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