La caída del comunismo en China: Lecciones del colapso de la URSS

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Introducción

Varios medios de comunicación españoles cuentan [1] cómo en 2007 José Andrés Torres Mora regaló a todos los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el libro “No pienses en un elefante” [2] del neuro lingüista y asesor del Partido Demócrata de EE. UU. George Lakoff. Poco después se había convertido en unos de los libros de referencia del partido.

Lakoff [2] define el concepto de marco “como estructuras mentales que conforman nuestra forma de ver el mundo”. Las palabras [3] encuadran cierta información, como marcos, y nos permiten reconocerla, asimilarla y posteriormente compartirla. También cuenta que “si les digo a mis estudiantes ‘no pienses en un elefante’, no hay ninguno que lo consiga. Toda palabra evoca un marco. Incluso cuando negamos un marco, evocamos el marco”.

Nixon lo descubrió de la peor forma cuando, presionado por el caso Watergate, se presentó ante los ciudadanos y dijo “no soy un chorizo”; el efecto fue el opuesto y todo el mundo pensó que lo era. A nivel nacional, y a pesar del éxito del libro en el PSOE, el gobierno del presidente Rodriguez Zapatero se empeñó en negar reiteradamente la crisis económica de 2008-2011 desgastándolo hasta el punto de perder abrumadoramente las elecciones generales en 2011 sin Rodriguez Zapatero ya como candidato.

En concreto, Lakoff desarrolla su trabajo preguntándose qué tiene que ver una postura política -por ejemplo, conservadora- con posiciones sobre eventos aparentemente no relacionados (por ejemplo, aborto, medio ambiente, política exterior), ¿cómo se da ese engranaje? Y… ¿qué tienen que ver las propias posturas en cómo comprendemos dicho engranaje? Incluso va más allá, “en política nuestros marcos conforman nuestras políticas sociales y las instituciones que creamos para llevar a cabo dichas políticas. Cambiar nuestros marcos es cambiar todo esto. El cambio de marco es cambio social[2].

Ahora, aunque quien define el marco es más probable que lo domine, su éxito a la larga depende de que lo entienda y maneje correctamente, algo que, a pesar de lo que pueda parecer, es extremadamente difícil.

El “no pensar en un elefante” no es más que la inducción de un concepto, pero, en realidad, los marcos mentales que determinados movimientos políticos de carácter ideológico llegan a inducir a la población son muy complejos y con consecuencias en muchos casos inesperadas hasta para los propios inductores. No creemos, por ejemplo, que Maximilien Robespierre miembro destacado del Comité de Salvación Pública francés que lideró el denominado “Reino del Terror” en 1793-4, sumiendo a Francia en el caos con persecuciones políticas generalizadas y continuas ejecuciones, se imaginara que él mismo iba a ser ejecutado con el mismo instrumento, la guillotina, utilizado precisamente para ejecutar a Luis XVI y a decenas de miles de supuestos opositores a la Revolución.

Todavía más interesante es el hecho de que durante sus inicios en política (1789) era bien conocida su fuerte oposición a la pena de muerte. Entonces, ¿qué fue lo que le convirtió en un firme defensor de lo contrario en un espacio de apenas 4 años? Desde nuestro punto de vista es, precisamente, el poder del marco y, de hecho, en esta serie de artículos vamos a analizar bajo este prisma la evolución del comunismo en Rusia y en China, las razones de su caída en la Unión Soviética y qué lecciones podemos extraer sobre el futuro del Partido Comunista Chino (PCCh).

Por supuesto, somos conscientes que hay diferencias entre la Revolución Francesa y la Revolución de Octubre en Rusia y el caso de China. Entre esta frase de Robespierre “El terror, sin virtud, es desastroso. La virtud, sin terror, es impotente”  y, por ejemplo, esta incluida en el Manifiesto Comunista “…el comunismo viene a destruir estas verdades eternas, la moral, la religión, y no a sustituirlas por otras nuevas; viene a interrumpir violentamente todo el desarrollo histórico anterior”, hay sin duda un salto cualitativo pero también hay similitudes al producirse ambos marcos a partir de la ruptura violenta con el orden establecido. Esperamos que tras esta serie de artículos se pueda comprender las características del control del marco y del marco comunista en particular, cómo a través de una sofisticada estrategia de hibridación ideológica el PCCh ha conseguido mantenerlo vivo décadas después del colapso de la URSS y, por qué no, qué fue lo que hizo que Robespierre pasara de oponerse a la pena de muerte a aplicarla intensivamente a decenas de miles de personas durante dos años de terror.

¡Comenzamos!

Referencias:
[1] https://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20121024/54353398771/el-envenenado-regalo-de-lakoff-enric-juliana.html;https://www.abc.es/opinion/abci-elefantezapatero-200709030300-164639525707_noticia.html
[2] “Don’t think of an elephant!”-George Lakoff- 2004.
[3] https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-del-encuadre-framing

Parte 2 : El marco comunista

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