Huawei revela la agenda de política exterior de China

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La ‘Joya de la corona’ es identificada como una herramienta del aparato antiamericano

El arresto del ejecutivo de Huawei Meng Wanzhou por las autoridades canadienses a instancias del gobierno de Estados Unidos nos dice que las viejas formas de hacer negocios se han acabado para China. Sus días de alimentarse de la tecnología estadounidense están contados, y el presidente Donald Trump no se anda con rodeos. Ya era hora.

Meng, directora de finanzas de Huawei e hija del fundador de la empresa, está acusada de eludir las sanciones de Estados Unidos contra Irán mediante el comercio a través de empresas subsidiarias. Confirma lo que algunos funcionarios de seguridad estadounidenses han sospechado durante años: que las corporaciones chinas son el último frente para implementar la agenda de política exterior del Partido Comunista Chino (PCCh).

Más que una gran compañía

El objetivo de la dirección del PCCh es reemplazar a Estados Unidos como la potencia predominante en el mundo. Pero para enfrentar y, en última instancia, superar la posición global de Estados Unidos, China debe hacerlo en múltiples frentes: financiero, tecnológico y militar.

Dominar las verticales de comunicaciones y redes es una manera muy efectiva de lograr resultados a través de todos esos canales. Eso es lo que hace que la situación de Huawei sea tan convincente: Cumple con todos esos criterios, y más.

Huawei no es sólo una gran empresa de tecnología; es una empresa de éxito fenomenal. De hecho, es considerado por algunos como la “joya de la corona” de la industria de tecnología avanzada de China.

Líder mundial en equipos electrónicos y componentes de comunicación inalámbrica, Huawei compite con Apple en ventas de teléfonos inteligentes y es líder mundial en el desarrollo y transición a redes 5G.

Al eludir las sanciones de Estados Unidos, Huawei permitió que Irán recibiera transferencias de tecnología críticas, así como los tan necesarios cientos de millones de dólares de sus transacciones con el corrupto régimen islámico.

La agenda de la política exterior china contra Estados Unidos

A diferencia de la experiencia corporativa de Estados Unidos, las empresas chinas más importantes de negocios y tecnología son de propiedad estatal. Sus actividades se llevan a cabo en coordinación con la agenda de política exterior del PCCh. Ese contexto pone las acciones de Huawei en una luz mucho más nefasta. Sus violaciones de las sanciones de Estados Unidos contra Irán pueden ser vistas como un desafío directo a la política exterior de Estados Unidos con Irán.

Pero las sanciones de Huawei – los cargos por violaciones son sólo el principio. Según los líderes estadounidenses, Huawei está activamente involucrado en el robo de secretos tecnológicos a empresas estadounidenses y lo ha estado haciendo durante años. Ha sido vigilada de cerca por las autoridades estadounidenses desde al menos 2016 y recientemente ha sido acusada de robo de tecnología por parte de compañías estadounidenses como T-Mobile y otras.

Algunos consideran el verdadero propósito del gigante de la tecnología como un aparato de recopilación de datos e información para el gobierno chino. Como señala el representante Jim Banks (R-Ind.) en un artículo publicado en The Washington Post: “Huawei es una entidad dirigida por el estado que socava activamente la seguridad nacional de América.”

Huawei ciertamente no está actuando solo. Robar tecnología estadounidense es una decisión política de la cúspide del régimen chino; Huawei simplemente lidera el camino. También se descubrió que el proveedor de telecomunicaciones chino ZTE estaba involucrado en el robo de datos, y en octubre de 2018, las autoridades de Bruselas arrestaron a un funcionario del Ministerio de Seguridad del Estado chino por intento de robo de datos secretos de aviación a contratistas de defensa de Estados Unidos.

El robo de tecnología y productos estadounidenses por parte de China es inmensamente perjudicial para el estatus de Estados Unidos como la potencia económica y tecnológica mundial dominante. El robo sólo en China alcanza hasta 600.000 millones de dólares al año, casi el doble del déficit comercial anual de Estados Unidos con China.

Las amenazas no podrían ser mayores

Además, un informe reciente identificó a China como el principal autor del robo de datos y de propiedad intelectual (PI) de Estados Unidos. La agenda de China en materia de robo de datos se centra especialmente en la biotecnología y las tecnologías de comunicaciones cuánticas. Son esos sectores los que jugarán un papel crítico en la determinación de qué nación formará y dominará las próximas décadas de tecnología.

Peor aún, China no es simplemente un competidor en el escenario internacional, sino más bien un adversario político y económico que quiere cambiar fundamentalmente el orden internacional estadounidense.

Con ese fin, la agenda de la política exterior china es la de librar activamente una guerra contra todas las formas de poder estadounidense. Huawei está a la vanguardia de esos esfuerzos. “El robo masivo de la propiedad intelectual estadounidense… amenaza la seguridad de nuestra nación, así como la vitalidad”, dijo el ex director del Servicio de Inteligencia Nacional, Dennis Blair.

Cambio de marea en la política de Estados Unidos

Es por eso que el arresto de Meng y la prohibición por parte del gobierno de Estados Unidos de todos los equipos de telecomunicaciones y redes de Huawei son tan poderosos. Demuestra un cambio radical en varias áreas de la política de Estados Unidos hacia China.

Esto demuestra la seriedad con la que el gobierno de Estados Unidos está haciendo retroceder la agenda de política exterior de China en materia de robo de datos y productos. También demuestra que Estados Unidos no hará la vista gorda ante ninguna nación -ni siquiera ante China- cuando este ayuda voluntariamente a un enemigo declarado de Estados Unidos.

Es más, de cara al futuro, el caso Huawei añade peso a las políticas comerciales del presidente y a su posición negociadora. El arresto ciertamente tomó desprevenidos a los líderes de China y les ha dejado preguntándose qué hará Trump a continuación. Están desconcertados y confundidos, lo que debería ser una ventaja para los Estados Unidos.

Y quizás igual de importante, las acciones señalan un cambio importante en las relaciones entre Estados Unidos y China. Para China y el resto del mundo, el arresto del director financiero de Huawei y la prohibición de que la compañía haga negocios con Estados Unidos han roto sus suposiciones globalistas que permitieron el rápido ascenso de China a los niveles económicos y tecnológicos más altos del mundo en primer lugar.

Por James Gorrie

James Gorrie es un escritor radicado en Texas. Es el autor de “La crisis de China”.

Este artículo fue originalmente publicado en The Epoch Times.

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