Tiranos

Los ‘Treinta Tiranos’

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Una reciente columna de Tablet Magazine titulada ‘Los treinta tiranos’, escrita por Lee Smith estableció un interesante paralelismo entre las élites estadounidenses partidarias del globalismo y defensoras de las relaciones sin restricciones con China con la élite ateniense que se puso al servicio de Esparta para someter a sus conciudadanos tras la derrota de la ciudad en la Guerra del Peloponeso en el año 404 a.C.

Lee escribió:

En el capítulo 5 de El Príncipe, Nicolás Maquiavelo describe tres opciones sobre la mejor manera en que una potencia conquistadora puede tratar a los que ha derrotado en la guerra. La primera es arruinarlos; la segunda es gobernar directamente; la tercera es crear en ella un estado de unos pocos que pueda mantenerla amistosa.

El ejemplo que Maquiavelo da de esto último es el gobierno amistoso que Esparta estableció en Atenas al derrotarla tras 27 años de guerra en el 404 a.C. Para la casta superior de una élite ateniense que ya despreciaba la democracia, la derrota de la ciudad en la Guerra del Peloponeso confirmó que el sistema de Esparta era preferible. Se trataba de una aristocracia militar de gran espíritu que gobernaba sobre una clase sirviente permanente, los helotas, que eran masacrados periódicamente para condicionarlos a aceptar su condición de infrahumanos. La democracia ateniense, por el contrario, daba demasiado poder a los de baja posición social. La oligarquía partidaria de Esparta aprovechó la victoria de sus patrocinadores para anular los derechos de los ciudadanos y ajustar cuentas con sus rivales domésticos, exiliándolos, ejecutándolos y confiscando sus riquezas.

El gobierno ateniense, que era desleal a las leyes de Atenas y despreciaba sus tradiciones, era conocido como los Treinta Tiranos, y comprender su papel y función ayuda a explicar lo que está sucediendo en Estados Unidos hoy”.

El autor desgrana en su columna – que recomiendo encarecidamente a todo aquel que busque entender cómo hemos llegado hasta aquí en lo que a China se refiere – el proceso a través del cual el régimen dictatorial y genocida chino ha llegado a convertirse en una potencia con una influencia tan descomunal como paradójica en los gobiernos democráticos de occidente y en las instituciones supranacionales que, supuestamente, velan por la transparencia, los valores democráticos y la justicia en el planeta, tales como la ONU, la OMS o la UE.

El autor describe que un momento clave de este proceso fue la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001 gracias a la intervención del entonces presidente estadounidense Bill Clinton.

La base de la empresa globalista fue la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Durante décadas, los políticos estadounidenses y la clase empresarial dijeron que veían a China como un rival, pero la élite que Friedman describió [en su columna de 2009 en el NYT] veía a la autocracia china ilustrada como un amigo e incluso como un modelo. —Lo cual no fue sorprendente, dado que el Partido Comunista de China se convirtió en su fuente de poder, riqueza y prestigio. ¿Por qué comerciaron con un régimen autoritario y enviaron millones de trabajos de manufactura estadounidenses a China, empobreciendo así a los trabajadores estadounidenses? Porque los hizo ricos. Se lavaron la conciencia diciéndose a sí mismos que no tenían más remedio que lidiar con China: era grande, productiva y eficiente y su ascenso era inevitable. Y además, ¿los ‘detractores ideológicos’ se interponen en el camino de lo que es mejor para el ‘progreso’?”

Estos ‘detractores ideológicos’ eran en el momento aquella voces, tanto demócratas como republicanas, que alertaban de que “comerciar con un estado que empleaba mano de obra esclava costaría empleos estadounidenses y sacrificaría el honor estadounidense“.

La magnífica columna navega sobre tantos y tantos ejemplos en que el dinero del PCCh ha ido silenciando y comprando voluntades no solo en la política, y la empresa, sino en la industria del cine, el deporte y el mundo académico.

Un reciente ejemplo lo tenemos en cómo la NBA se arrodilló ante el régimen chino cuando un ejecutivo que mostró su apoyo en redes sociales a los manifestantes prodemocracia de Hong Kong.

El autoproclamado  ‘defensor de la justicia social’, el jugador de baloncesto LeBron James, advirtió a los estadounidenses que había vigilar lo que se decía porque aunque “sí, tenemos libertad de expresión, puede ser muy negativo lo que viene con eso“. ¿Negativo para quién? Obviamente para el negocio y el enriquecimiento de unos pocos, ya que el régimen chino canceló la emisión de los partidos de la NBA en China tras ese comentario.

Universidades, ‘Think Tanks’, Hollywood, Silicon Valley, Wall Street nadaron en dinero chino durante las dos últimas décadas y el discurso oficial era que China era una potencia emergente que, si ayudada a salir de la miseria en que la políticas comunistas de Mao la habían hundido, iría poco a poco volviéndose más democrática y abierta.

Lo contrario sucedió.

La presidencia de Donald Trump supuso un paréntesis en esa dinámica y, por primera vez, desde una institución de poder de la envergadura del gobierno de la primera potencia mundial se reconoció al régimen chino como un adversario que amenazaba seriamente la economía, la seguridad nacional y la democracia en todo el mundo.

Las élites mundiales y globalistas, los ‘tiranos’, reaccionaron al unísono contra esta idea que, además, venía acompañada de acciones muy concretas y lacerantes: sanciones, vetos y aranceles.

Y salvando las distancias con EE. UU. en términos de importancia estratégica para la dictadura china, este proceso se puede observar nítidamente en España, donde la actualidad nos ofreció un botón de muestra de mano del Partido Socialista Obrero Español.

El PSOE pide al Gobierno “estrechar relaciones” con la dictadura china

El PSOE presentó una proposición no de ley (PNL) en el Congreso de los Diputados pidiendo al gobierno que refuerce la relación con China pese a las diferencias en los ‘valores fundamentales’, según reportó Europa Press el 14 de marzo.

Lo primero que aquí llama la atención es que el PSOE le dice al gobierno del PSOE que haga algo, vamos que se lo dice a sí mismo.

Seguramente esto responde a una estrategia para hacer llegar inadvertida a la Comisión de Exteriores del Congreso una propuesta de todo punto contradictoria y en claro contraste con el clima político internacional hacia el régimen chino de la mano de un ‘tercero’, que al final son ellos mismos.

Pero veamos qué dicen en esta PNL. Según Europa Press, en el texto se dice: “China es un socio fundamental para España, y aunque hay grandes diferencias en nuestros sistemas políticos y valores fundamentales, las relaciones bilaterales han sido sólidas durante años“.

Lo de que China es un ‘socio fundamental’ para España llevamos muchos años oyéndolo desde todas las instituciones de poder, de boca de todos los ‘expertos en China’ y de los medios de comunicación, pero ¿’fundamental’ para quién?

El mayor beneficiado de las serviles relaciones entre los sucesivos gobiernos españoles y la dictadura china sin lugar a dudas es Pekín y sus ‘Treinta Tiranos españoles‘ y esto en claro detrimento, además, de la prosperidad española.

Y es que los números y los datos oficiales que nunca nos analizan en profundidad ni nos explican son tozudos y contundentes.

Déficit crónico en el comercio bilateral España – China

Según el ICEX, el comercio bilateral de bienes España-China se caracteriza por un déficit crónico que en 2018 se cifró en 20.632 millones de euros, un 3,8% más que el año anterior. En el periodo enero-junio de 2019 el déficit comercial con China ascendió a 10.891 millones de euros, aumentando un 16,5% respecto al del mismo periodo del año anterior.

Es decir, que España con 47 millones de habitantes compra a China, de 1.400 millones de almas, casi 11.000 millones de euros más que ellos a nosotros.

En este sentido, Julián Pavón, doctor Ingeniero Industrial, licenciado en Económicas y en Ciencias Sociales ya en 2012 alertó en su libro China: ¿Dragón o Parásito?, y que reeditó en 2020 con motivo de la pandemia del virus chino, del carácter parasitario de la relación del PCCh con occidente.

Según Pavón, el PCCh lleva décadas invadiendo Europa, América, África y Asica con millones de chinos que crean empresas donde nacionales chinos venden productos chinos y cuyos beneficios son enviado casi íntegramente a China a través de bancos chinos. Esta dinámica, cuidadosamente controlada desde Pekín, no solo destroza el tejido comercial y productivo de los países receptores, sino que no genera ninguna riqueza en los países de acogida, ni siquiera empleo.

Un argumento muy socorrido para defender la relación con la dictadura comunista de Pekín es que los capitales chinos están ‘salvando’ a grandes empresas españolas de la quiebra. Pero esa supuesta ‘tabla de salvación’ no solo no viene sin coste, sino que está meticulosamente diseñada para avanzar los intereses de dominación del régimen totalitario chino allende sus fronteras.

De hecho las últimas grandes inversiones, como la compra de Grupo Puentes y Aldesa, operación esta última realizada en pleno estado de alarma por la pandemia que el régimen chino provocó, se han producido en el sector de la construcción y en paralelo con una sutil pero corrosiva campaña de promoción de la Franja y la Ruta.

Este es el proyecto estrella de Pekín para apoderarse de las infraestructuras por las que transcurre el comercio mundial y que endeuda a los países por décadas sin, además, aportar ningún valor añadido a nivel local.

Y es que, no se confundan, las decisiones empresariales de compañías chinas, sean estatales o aparentemente privadas solo responden a los intereses estratégicos del Partido Comunista Chino. En China, por ley, todas las empresas están obligadas a espiar para la dictadura china y a entregar todos los datos que el régimen solicite de ellas. En China, la distinción entre lo público y lo privado es solo una cuestión de maquillaje.

Un abierto defensor de la Franja y la Ruta es el flamante secretario de Estado para la Agenda 2030 del gobierno español y secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago, quien apoyó la creación el pasado 2 de julio de 2020 del Centro de Estudios de la Franja y la Ruta.

Precisamente fruto de los acuerdos ‘win-win’ de la Franja y la Ruta, Kenia está a punto de perder el control del puerto de Mombasa debido una gigantesca deuda contraída con la dictadura de Pekín. Y es que ya lo dijo claramente el controvertido académico chino Jin Canrong en 2018: “Win-win, que en China significa que China gana dos veces.

En cada floreado discuso que trata de vender lo atractivo de tener unas buenas relaciones con la dictadura genocida china, se destaca que las empresas españolas pueden acceder a ese gigantesco mercado de 1400 millones de consumidores. Pero esto, una y otra vez, ha demostrado ser solo la zanahoria al final del palo.

El mercado chino está estrictamente controlado por el régimen que no permite a las empresas extranjeras operar con una mínima libertad. Estas están obligadas a incluir en sus juntas directivas a oficiales del partido y hay severas restricciones a la hora de sacar los beneficios económicos obtenidos en China.

Además todas las empresas están sometidas a la más absoluta arbitrariedad del régimen, dueño de todo el suelo del país y que puede expulsar a un fábrica de la noche a la mañana sin que haya ninguna protección legal que lo impida. China es la ley de la selva y el partido es el rey.

Pérdida masiva de empleos en España

Es evidente que esta relación bilateral está beneficiando y mucho a alguien, pero no es a los intereses de España como nación ni al ciudadano de a pie, sino a una élite financiera, bancaria, política, mediática y académica.

El español medio lo que ve es que las industrias nacionales, como la del calzado en el Levante o la confección en Cataluña comenzaron a debilitarse y casi desaparecer desde 2001, cuando China entró en la Organización Mundial del Comercio.

De acuerdo con el portal especializado Modaes.es, en la primera década desde que China se unió a la OMC, la indutria de la moda española perdió más de la mitad de sus empleos, alrededor de 178.000, debido al proceso de deslocalización.

Esto afectó a toda la industria auxiliar y sus canales de venta, mientras que los ya gigantescos polígonos industriales chinos, como los de Madrid, Barcelona o Zaragoza no pararon de crecer.

En estos polígonos se venden o distribuyen productos fabricados con mano de obra esclava, sin respetar los tratados internacionales de protección laboral, sin seguir normativa medioambiental alguna y en muchos casos con subvenciones estatales que hacen imposible que nuestros fabricantes puedan competir.

La mercancía que abastece a estos polígonos entran por los puertos sin que se puedan inspeccionar los contenedores. Hay que confiar en la documentación que los acompaña para fijar los aranceles correspondientes. Esto significa que teléfonos móviles podrían estar pagando los mismos aranceles que los gatos de la suerte chinos, no hay control.

Decenas de miles de toneladas de lomos de atún chinos entran al mercado europeo cada año como parte del contingente arancelario a precios sin competencia debido a las exenciones fiscales, al dumping y la mano de obra esclava, perjudicando seriamente la industria pesquera española y la sostenibilidad de los caladeros a nivel mundial.

Estos son solo algunos ejemplos, pero suficientes para mostrar que el régimen chino viola sistemáticamente la normativa de la Organización Mundial del Comercio, pero las élites, los ‘Tiranos’, siempre miran hacia otro lado.

Los treinta tiranos ‘Made in Spain’

Nuestros ‘tiranos’ continúan martilleando con la letanía de las magníficas relaciones entre China y España, construidas durante décadas por las fuerzas políticas españolas mientras se ignoran abiertamente las gravísimas violaciones de derechos humanos cometidas por un régimen responsable de la muerte de, al menos, 100 millones de personas en tiempos de paz, más del doble de la población de España.

En la PNL, el PSOE se limita a cubrir el expediente muy tímidamente, no sea que se nos enfaden en Pekín o en Arturo Soria, y califica los abusos criminales del régimen como “diferencias” en valores fundamentales:

China es un socio fundamental para España, y aunque hay grandes diferencias en nuestros sistemas políticos y valores fundamentales, las relaciones bilaterales han sido sólidas durante años“:

No se me antojan esas diferencias de valores tan “fundamentales” cuando se ponen de un lado y se siguen haciendo unos negocios que, además, perjudican los intereses nacionales sin preguntar, sin cuestionar, sin ni siquiera toser.

Tampoco se entiende que partidos políticos que se consideran democráticos tengan convenios suscritos con el Partido Comunista Chino y tanto PSOE como el PP tienen el suyo en vigor.

Y no solo eso, figuras políticas relevantes de estos partidos, como José Blanco, exministro socialista y el exministro popular Alfonso Alonso, utilizan la influencia adquirida durante su etapa de servidores públicos en España para defender los intereses de la controvertida tecnológica china Huawei en Europa.

La empresa, acusada de espionaje, de ‘dumping’, vetada por Estados Unidos y por muchos otros países por sus vínculos con el Ejército Popular de Liberación, es el único cliente de su recién creada consultora Acento Public Affairs.

Las élites, las españolas también y por migajas, trabajan contra los intereses de sus conciudadanos para favorecer a un régimen autoritario que tiene por objetivo exportar su modelo criminal a todo el mundo.

Lo que estos ‘tiranos’ no saben es que si, Dios no lo quiera, la dictadura china lograra su propósito, sus cabezas serán las primeras en rodar, porque ni Roma ni Pekín paga a traidores.

La soberbia columna de Lee Smith concluye así.

¿Qué nos enseña la historia sobre este momento? La mala noticia es que los Treinta Tiranos exiliaron a notables demócratas atenienses y confiscaron sus propiedades, al tiempo que asesinaron a un 5% de la población ateniense. La buena noticia es que su gobierno duró menos de un año“.

Crucemos los dedos…

 

 

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