El parlamento australiano recomendó en un nuevo informe titulado Criminalidad, corrupción e impunidad: ¿Debería Australia unirse al movimiento Global Magnitsky? el 7 de diciembre que Australia debería promulgar una ley líder en el mundo para aplicar sanciones específicas a los autores de abusos graves de los derechos humanos y de la corrupción.
El presidente del Subcomité de Derechos Humanos del Comité Conjunto Permanente de Asuntos Exteriores, Defensa y Comercio, el diputado Kevin Andrews, que presentó el informe, explicó que las sanciones selectivas al estilo de Magnitsky alinearán a Australia con un movimiento mundial que busca limitar las oportunidades para los violadores de derechos humanos, funcionarios corruptos y sus beneficiarios para disfrutar del producto de sus abusos.
“Estas recomendaciones verían a Australia fortalecer su compromiso de proteger los derechos humanos de las personas en todo el mundo. Las recomendaciones del informe verían a Australia implementar una versión líder en el mundo de la legislación Magnitsky”, dijo el Sr. Andrews.
Las sanciones selectivas recomendadas incluirían la prohibición de entrada a Australia y la capacidad de incautar activos.
“No podemos controlar si los autores son llevados ante la justicia en su país de origen, pero la legislación sobre sanciones específicas hará que las playas, las escuelas, la atención médica y las instituciones financieras australianas queden fuera del alcance de las personas que se han beneficiado de una conducta desaprensiva”, dijo el Sr. Andrews.
“Un régimen de sanciones específicas para los abusos graves de los derechos humanos y la corrupción, cerrará la brecha de oportunidades para los perpetradores y evitará que Australia se convierta en un refugio seguro para estas personas”.
El informe es el resultado de una amplia investigación que comenzó en 2019 e incorpora las aportaciones de más de 160 personas y organizaciones de todo el mundo. Durante la investigación, el subcomité escuchó las pruebas de una serie de testigos expertos, incluyendo a Geoffrey Robertson, Amal Clooney y Garry Kasparov.
El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Defensa y Comercio, el senador David Fawcett, aprobó el informe del subcomité:
“La comunidad, los expertos legales, las víctimas de abusos de los derechos humanos, y nuestros aliados han hablado y el Comité ha escuchado”, dijo el senador Fawcett según un comunicado oficial.
“Australia tiene la oportunidad de convertirse en líder en la lucha contra el abuso de los derechos humanos y la corrupción, y deberíamos hacerlo a la primera ocasión. La cooperación con naciones de ideas afines en esta materia tiene el potencial de proteger los derechos humanos de innumerables ciudadanos de todo el mundo. Australia es un destino atractivo para la inversión y el estilo de vida, y tenemos la oportunidad de reducir los incentivos para los corruptos y los inescrupulosos violadores de los derechos humanos“, agregó.
“El respeto a las personas y las libertades que sustentan la Declaración Universal de Derechos Humanos están en el centro de los valores que han permitido que el orden mundial basado en normas traiga una mayor seguridad y prosperidad a la población de tantas naciones en las últimas décadas”, concluyó.
La ley Magnitsky
La ley estadounidense lleva el nombre de Sergei Magnitsky, un abogado y asesor fiscal ruso de 37 años que murió mientras estaba bajo custodia policial en Moscú, después de ser encarcelado por investigar un caso de corrupción relacionado con el Kremlin.
En virtud de las disposiciones de esta ley estadounidense, cuyo ámbito geográfico se amplió más allá de Rusia en 2016, el gobierno estadounidense tiene derecho a congelar los activos de los violadores de los derechos humanos y a tomar ciertas otras medidas contra ellos. El Reino Unido aprobó una versión de la Ley Magnitsky en 2018; actualmente la Unión Europea está contemplando la posibilidad de promulgar una legislación en términos similares.
Esta normativa no pretende influir en las sociedades que viven bajo regímenes autoritarios. Por el contrario apunta a las elites que se sirven de los países occidentales para asegurar sus intereses y sus regímenes autoritarios, explica un artículo de The American Interest de 2012.
Así, la adopción por parte de Australia de una ley del tipo de la Ley Magnitsky Global se enfrenta a muchos estados autoritarios – especialmente sensible es el caso de China- evitando la clásica acusación de que busca rehacer estos regímenes a su propia imagen.
Son cada vez más insistentes los rumores que aseguran que miles de funcionarios chinos están, ante la inminente caída del Partido Comunista Chino, sacando sus fortunas y familias de China. Este tipo de leyes cortaría por tanto la ruta de retirada de aquellos de ellos involucrados en terribles crímenes de lesa humanidad contra la población china.
