El 9 de noviembre, la Embajada y los Consulados de Estados Unidos en China publicaron una nota de prensa en la que instaba a los países aliados a resistir la intervención extranjera de China asegurando que el Partido Comunista Chino (PCCh) está amenazando a las sociedades libres y abiertas con sus actividades.
Un detalle muy llamativo de esta pieza es que se ilustró con una imagen del PCCh con dos fechas escritas: 1949 – 2020, lo que algunos analistas han interpretado como una predicción de que el partido totalitario que gobierna China desde 1949 podría colapsar en 2020.
En este mismo sentido, el secretario de Estado adjunto para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, David Stilwell, advirtió el 30 de octubre que el PCCh está llevando a cabo actividades de influencia política “encubiertas, coercitivas y corruptas” en todo el mundo, incluso cuando niega la intromisión extranjera y promete a los países acuerdos de ‘no interferencia’ y ‘ganar-ganar'”.
El PCCh “quiere el control, o al menos el poder de veto, sobre el discurso público y las decisiones políticas en todo el mundo“, aseguró Stilwell en declaraciones en la Institución Hoover de la Universidad de Stanford. El PCCh “plantea un riesgo real para nuestra forma de vida esencial: prosperidad, seguridad y libertad“.
Hizo un llamamiento a los países de todo el mundo para que reconozcan las campañas de influencia autoritaria del régimen y defiendan los principios básicos de la democracia, la apertura y la dignidad individual.
La opresión de sus ciudadanos por parte del PCCh incluye el encarcelamiento, la represión de la democracia y la libertad de expresión en Hong Kong y la campaña de represión contra los uigures en Xinjiang.
Stilwell describió campañas de influencia que se extienden más allá de las fronteras de China. A través de su Departamento de Trabajo del Frente Unido, el PCCh utiliza grupos de estudiantes, empresas estatales y otras organizaciones para influir en los estudiantes de universidades extranjeras y sobornar a funcionarios de gobiernos extranjeros.
Los grupos de estudiantes chinos apoyados por Pekín acosaron a compañeros de clase en Australia que se manifestaban por la democracia en Hong Kong, mientras que agentes del régimen amenazaron a académicos que critican sus políticas en Nueva Zelanda y persiguieron a disidentes chinos en todo el mundo, dijo Stilwell.
La República Popular China roba sistemáticamente la propiedad intelectual de universidades y empresas y socava los medios de comunicación independientes en chino en todo el mundo.
“Un orden mundial impuesto por el PCCh requeriría obediencia a Pekín”, afirmó Stilwell. “Los avances tecnológicos en la vigilancia y el control moverían al mundo hacia una nueva y oscura era de tiranía“.
Estados Unidos busca contrarrestar el comportamiento maligno del PCCh, dijo Stilwell, e instó a otros países a hacer lo mismo. Los funcionarios de Estados Unidos están identificando organizaciones bajo el control del PCCh, procesando a los agentes del PCC que violan la ley de Estados Unidos y exigiendo que las empresas estadounidenses sean tratadas de manera justa.
En octubre, Estados Unidos y la Unión Europea iniciaron un diálogo para abordar las amenazas del PCCh mediante esfuerzos conjuntos para defender sus sistemas de valores democráticos compartidos.
“Este problema es global“, aseveró Stilwell. “A menudo, sólo actuando de manera concertada, otros países pueden cambiar el cómputo a favor de la reciprocidad, la transparencia y la libertad“.
