Kyle Bass, quien se hizo millonario por anticiparse a la crisis del mercado inmobiliario en Estados Unidos en 2008, asegura que el estado chino es un ‘tigre de papel’ camino del colapso.
Durante una entrevista con el medio especializado Global Capital, Bass aseguró que China sigue siendo una economía emergente y no la segunda economía del planeta.
“Su fuerza es solo fuerza percibida“, dijo el ‘lobo de Wall Street’.
El experto lleva años avisando de que el estado chino va camino del colapso debido a que su sistema financiero chino ha crecido en burbuja muy por encima de lo que lo ha hecho la economía del país.
“El sistema chino es incluso más precario cuando nos damos cuenta de que incluso los grandes bancos dieron préstamos que no estaban basados en la capacidad de devolver el dinero de los prestatarios, sino en decisiones políticas“, explicó el gurú financiero en una carta a sus inversores ya en 2016.
En la carta, Bass aseguró entonces que China era una bomba de tiempo y la que crisis del crédito que está por venir provocará unas pérdidas 400% mayores que la que sufrieron los bancos estadounidenses con la crisis de las subprime.
“La forma en que el PCCh establece la arquitectura de su sistema financiero es muy inteligente. No sé si lo sabe, pero el 95% de los principales economistas de Asia son miembros del PCCh (…) no se puede publicar nada sin que alguien del Partido lo apruebe“, aseguró Bass y añadió que el estado chino controla el flujo de datos y la narrativa en la esfera financiera a través de empresas occidentales que están de acuerdo con esta ‘arquitectura’.
Estos economistas repiten constantemente que China es la segunda economía mundial y le atrubuye la creación del 15% del PIB global, algo con lo que Bass no está de acuerdo.
“Pero eso es solo tomar su economía basada en el renminbi [moneda china] y convertirla de nuevo a tasa de cambio de cuenta de capital cerrada por dólar. Pero si abrieran su cuenta de capital, el renminbi caería entre un 40% y un 50% y su economía sería solo la tercera o la cuarta del mundo“.
Y de los supuestos datos de crecimiento de la economía china, Bass los desacredita completamente. “Informan de lo que quieren informar, ni siquiera presto atención a sus números“, sentenció.
“Es importante tener en cuenta cómo desacreditar un número chino: es realmente fácil. China dice, por ejemplo, que sus exportaciones crecieron un 8% en un trimestre, sin embargo, mire a los 10 principales importadores/exportadores que compran de China. Digamos que todos ellos bajaron un 4,6% en ese trimestre, eso significa que ese 8% de China no es el número correcto, será si acaso un 4% o un 5%“, explicó.
La razón por la que en occidente se ignoran los peligros de hacer negocios con el régimen chino es, según el financiero, la codicia por un lado y la ignorancia del escenario de guerra estructural en que nos encontramos por el otro.
“Hay cuatro formas de conflicto entre estados soberanos“, explica Bass: el militar, el cibernético, el económico y el del relato. De estos, el experto considera que, en los dos primeros los líderes del mundo libre están bien posicionados, por el contrario, cree que en el frente económico occidente se han movido exclusivamente a la defensiva, mientras que en la guerra del relato, que Bass considera como el ‘arma de destrucción masiva’ del futuro, occidente va muy por detrás de la dictadura china.
“China gasta más en narrativa y datos que cualquier otro país del mundo y debemos igualar eso“, afirma.
“Ahí es donde se librará el próximo campo de batalla. Se combatirá de una manera coercitiva, controladora y omnisciente. El que tiene todos los datos gana“.
Una reciente investigación, Poner dinero en la boca del partido: cómo China moviliza fondos para el trabajo del Frente Unido, realizada por el investigador Ryan Fedasiuk, viene a dar la razón a Bass.
Fedaiuk reveló las partidas mil millonarias que el régimen del Partido Comunista Chino invierte en operaciones de influencia encubierta en el extranjero y en el control de la diáspora china.
Lea también: Informe: El PCCh invierte miles de millones en operaciones de influencia en el extranjero
Respecto a los aranceles que la Administración Trump ha impuesto a China, Bass cree que son una buena manera de nivelar el campo de juego, ya que, asegura, el régimen chino no juega limpio.
Puso el ejemplo de la industria del aluminio estadounidense que cayó del 85% al 40% en solo dos años al no poder competir con la producción china, que recibía electricidad gratis del estado.
Respecto de la supuesta apertura la cuenta de capitales en China, Bass alertó de que se trata de un ‘juego de tontos’:
“Tienes que pensar en la araña y la mosca, ¿verdad? La araña va a dejar que la mosca entre en la telaraña, pero no le permitirá abrir el camino. Lo que China ha hecho tan bien es conseguir inversores destacados y permitirles un acceso especial para enriquecerse. Luego, esas personas se convierten en predicadores sobre los beneficios de hacer negocios en China“.
Pero la realidad es que muchos empresarios occidentales, que no son importantes para el régimen, han tenido muchísimas dificultades.
“De repente tu socio chino te expulsa del accionariado y pasas ocho años y 15 millones de dólares en los tribunales contra ellos, esto le acaba de pasar a un amigo que terminó sin nada“, relató Bass y añadió, “estas cosas suceden todo el tiempo“.
Sin embargo, Bass cree que las democracias occidentales están empezando a reaccionar.
“Si usted es el 15% del PIB mundial y, sin embargo, solo un poco más de 1% de las transacciones globales se liquidan en su moneda, occidente tiene todas las cartas y créanme cuando digo que los gobiernos occidentales acaban de darse cuenta de esto“, concluyó Bass.