Gordon Chang: “China está recolectando el ADN del mundo y la razón es siniestra”

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La República Popular China (RPC) recolectó durante años el ADN de las personas, y según Gordon Chang, las siniestras motivaciones del país deberían ser de gran preocupación para los Estados Unidos y el resto del mundo.

Con más de 80 millones de perfiles de salud, China tiene la base de datos de ADN más grande del mundo, y sigue creciendo. En una entrevista con Fox News, Chang, autor de ‘The Coming Collapse of China’, advirtió que el Partido Comunista Chino (PCCh) planea usar esta información para crear armas biológicas diseñadas para atacar a grupos étnicos específicos.

“El coronavirus no es el último patógeno que se generará en suelo chino. Así que tenemos que preocuparnos de que la próxima enfermedad sea más transmisible y mortal que el nuevo coronavirus”, dijo Chang.

Según denunció Human Rights Watch, China recopila el ADN  de la población uigur en Xinjiang violando los derechos humanos de manera muy grave.

Según la organización, las autoridades han recolectado muestras de ADN, huellas dactilares, escáneres de iris y tipos de sangre de todos los residentes de la región entre las edades de 12 y 65 años.

El ADN y los tipos de sangre se recolectan a través de un programa de exámenes físicos anuales gratuitos llamado Physicals for All, the human grupos de derechos, dijeron.

El almacenamiento obligatorio de datos biológicos de toda una población, incluido el ADN, es una grave violación de las normas internacionales de derechos humanos, y es aún más perturbador si se hace de manera subrepticia, bajo el disfraz de un programa de atención médica gratuita”, Sophie Richardson, directora de Human Rights Watch en China, en un comunicado citado por Fox News.

Pero esto lleva sucediendo muchos años ya. En 2006 los investigadores David Matas y David Kilgour publicaron una exhaustiva investigación titulada Cosecha Sangrienta. En ella revelaron por primera vez que el estado practicaba masivamente la extracción forzada de órganos de prisioneros de conciencia, en su mayoría practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong, perseguida en China desde 1999.

Numerosos testigos declararon como en los campos de trabajo y centros de detención se extraían muestras de sangre y tejidos a los prisioneros con el fin de alimentar una base datos para un banco de donantes de órganos vivos que provee a una siniestra industria que mueve miles de millones en China.

También obtienen el ADN de extranjeros

Pero ¿cómo consiguen exactamente esta información tan sensible?

“Comprando empresas americanas que tienen perfiles de ADN, subvencionando el análisis de ADN para las empresas de ascendencia, y hackeando”, dijo Chang.

Por ejemplo, en 2015 se descubrió que la RPC hackeó ‘Anthem’, la segunda compañía de seguros más grande de los EE. UU. Ahora la RPC está utilizando el coronavirus para ampliar su base de datos de ADN exigiendo códigos QR internacionalmente aceptados para los viajes dentro y fuera del país y utilizando la diplomacia de las vacunas.

“Lo que están haciendo es decir: ‘Les daremos esta vacuna, pero necesitamos completar nuestros ensayos, así que vamos a usar su población como prueba. Si no participan en estos ensayos, no recibirán las vacunas chinas”, dijo Chang.

“Pekín está tratando de extender su influencia haciendo disponible su vacuna”. Mientras que, al mismo tiempo, está recogiendo información muy sensible sobre la gente fuera de China”, prosiguió.

China tiene actualmente cinco candidatos a la vacuna contra el coronavirus que han llegado a la fase 3 de los ensayos clínicos. La fase final de los ensayos se ha puesto en marcha al menos en 16 países, incluidos: Brasil, Turquía, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos.

Las razones de China para querer esta información implican el dominio de la industria biotecnológica que “es muy importante para ellos”, dijo Chang.

“Lo incluyeron en su iniciativa ‘Made in China 2025’, que es un programa de una década para dominar ciertas industrias”, apuntó el experto en China.

La segunda razón es algo mucho más siniestro: China probablemente está tratando de desarrollar enfermedades que no se dirigen a todo el mundo, sino a ciertos grupos étnicos o raciales”.

Según Chang, los datos genéticos le dan a China la capacidad de crear armas biológicas que pueden apuntar a ciertos grupos de personas. Además, destacó el comportamiento de la dictadura de recolectar el ADN de extranjeros, cuando Pekín niega el ADN chino a los investigadores extranjeros, apoya esta teoría.

La próxima enfermedad podría ser mucho más mortal que el COVID-19

“Debemos estar muy preocupados porque eso no es coherente con un país que quiere cooperar con el resto del mundo. Eso es coherente con un país que desarrolla armas biológicas”, advirtió.

“La gente ha dicho que las armas biológicas no funcionan. Bueno, sabemos que funcionan porque tuvimos el coronavirus, que puede o no haber sido un arma biológica”, aclaró Chang, “pero sabemos que paralizó a los Estados Unidos y eso es lo que Pekín está buscando realmente”.

Chang instó a los Estados Unidos a actuar con rapidez y evitar que su principal adversario obtenga más ADN americano.

“No debemos permitir que ninguna organización o afiliada china haga pruebas con el ADN de los americanos. Y tenemos que decirle a China, o acepta un régimen de inspecciones o nos retiramos de la convención de armas biológicas”, añadió.

China niega las acusaciones de que la pandemia del coronavirus surgiera de su laboratorio en Wuhan, ni que fuera un arma biológica.

En 1984, la República Popular China firmó el tratado de la Convención sobre Armas Biológicas y Tóxicas (BWC por sus siglas en inglés) que les prohíbe desarrollar, producir o almacenar armas biológicas o tóxicas.

Sin embargo, dado largo historial de incumplimiento de todas las convenciones y tratados internacionales firmados por el régimen totalitario chino, son pocos los que confían en Pekín ya.

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