La cadena de televisión alemana ARD Fernsehen informó de que uno de sus programas de investigación, “The Munich Report”, y el periódico alemán Welt am Sonntag [El mundo en domingo] descubrieron el papel que la tecnología alemana estuvo desempeñando en los buques de guerra chinos.
Los fabricantes alemanes desarrollaron e incluso construyeron una parte considerable de los motores que impulsan los buques de guerra de la Armada china. Se trata de MTU Friedrichshafen, fabricante de motores de combustión interna, y MAN, la filial francesa de Volkswagen. Se puede encontrar información detallada sobre los suministros del fabricante alemán de motores y turbinas para China en la base de datos de acceso público del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés).
Se dice que MTU fue un proveedor habitual de los destructores más avanzados de la clase Brigadier III de China hasta al menos 2020. El suministro se realiza a través de la tortuosa vía de la producción bajo licencia en China. MAN y MTU aseguraron al Munich Report y al Welt am Sonntag que siempre cumplieron con las normas de control de las exportaciones.
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Según MTU, el negocio de entrega de componentes de submarinos a China “se detuvo por completo” tras el equipamiento de los submarinos de la clase Song. La empresa “nunca firmó un contrato con el Ministerio de Defensa chino ni con las propias fuerzas armadas”. Los motores instalados en los destructores de la clase Brigantine III, como los denomina el SIPRI, no requieren una licencia de exportación porque son los llamados bienes de doble uso. Es decir, los motores pueden utilizarse también para fines civiles.
Este año, la Armada china puso en servicio más destructores de la clase Brigantine III. El más reciente es el destructor Kaifeng, que fue presentado en julio con motivo del centenario de la fundación del Partido Comunista Chino (PCCh).
MTU y MAN pueden alegar que sus entregas están permitidas. La UE impuso un embargo de armas a China tras la masacre de Tiananmen en 1989, pero el efecto vinculante del embargo es limitado. Sebastian Rossner, abogado y experto en exportaciones con sede en Colonia, declaró a la emisora pública alemana ARD: “Cómo el embargo de armas de la UE a China no se decidió formalmente de acuerdo con los tratados europeos, algunas exportaciones de motores de barcos también pueden estar permitidas (si se destinan a la marina china)”. Y añadió: “Si quiere cambiar esto, la UE debe modificar el Reglamento de doble uso o imponer formalmente un embargo de armas”.
Fuente: Radio France International
Este artículo fue publicado en China Scope el 10 de noviembre de 2021.