En medio de un extremadamente tenso ambiente en Estados Unidos por las alegaciones de fraude electoral, el líder de la dictadura comunista china, Xi Jinping, firmó una orden de movilización, exigiendo a las fuerzas armadas que intensifiquen los preparativos de combate.
Xi, que intentó convertir a China en la principal fuerza militar del mundo, también pidió a las fuerzas armadas que estén preparadas para un ataque en cualquier momento en una velada advertencia a Occidente, según el medio británico Express.
Xi, que no solo es el líder del país, sino también el jefe de la Comisión Militar Central de China, declaró que las fuerzas armadas deben ahora entrenarse en la preparación para ser desplegadas en un “escenario de guerra real“.
En una declaración en el sitio web de la comisión militar, la orden decía: “El entrenamiento en condiciones de combate real debe profundizarse y todo el adiestramiento militar debe estar centrado en la guerra y debe conducir a mejorar la eficacia del combate, y debe mejorarse la investigación sobre la guerra y las cuestiones relacionadas con el combate”.
En la orden se pedía a las fuerzas armadas que “reforzaran el entrenamiento para la confrontación en un escenario de guerra real, perfeccionaran a las tropas en la primera línea de la lucha militar y promovieran la combinación e integración en profundidad del entrenamiento y las operaciones militares, asegurando la preparación para el combate en todo momento y la capacidad operacional en cualquier momento”.
Esta orden también cumple con la política de “Nueva Era” de Xi de convertir a China en la principal potencia mundial y se produce a solo días de que Pekín amenazara a Estados Unidos por la visita de la embajadora estadounidense en la ONU a Taiwán.
“Queremos recordarle a Estados Unidos que quien juega con fuego se quema. Estados Unidos pagará un alto precio por su acción incorrecta”, dijo en un comunicado un portavoz de la misión de China ante las Naciones Unidas, según el medio SCMP.
Craft es muy crítica con el régimen autoritario de Pekín y asegura que hay un marcado contraste con Taiwán, a la que calificó durante un seminario de la Fundación Heritage en Nueva York el mes pasado como “una verdadera fuerza para el bien del mundo”, de acuerdo con el mismo medio.
Washington también emitió sanciones a los miembros del Partido Comunista Chino por las constantes violaciones de derechos humanos que el régimen chino perpetra contra los musulmanes uigures en Xinjiang.
EE. UU. también emprendió el ambicioso proyecto llamado Clean Network, en el que “aborda la amenaza a largo plazo a la privacidad de los datos, la seguridad, los derechos humanos y la colaboración basada en principios que se plantea al mundo libre de actores malignos autoritarios“, en clara referencia a las empresas tecnológicas chinas como Huawei. A fecha de agosto de 2020, 30 países y decenas de empresas se han unido a la Clean Network.
EE. UU. también fortaleció su posición en el Mar de China Meridional para contrarrestar la postura agresiva de Pekín en la región.
