Se ha sabido que en China se censuró al vicepresidente de los Estados Unidos, el republicano Mike Pence, pero no a la senadora demócrata de California, y candidata a vicepresidente junto a Joe Biden, Kamala Harris, durante el debate vicepresidencial del miércoles 7 de octubre.
“China censuró los comentarios de Pence sobre China”, informó Nathan VanderKlippe, corresponsal en Pekín de ‘The Globe and Mail’ de Canadá. “La señal volvió cuando Harris empezó a hablar de nuevo”.
Aquí está el fragmento del debate durante el que los censores chinos cortaron la señal mientras hablaba el vicepresidente. Apenas terminó de hablar, restablecieron la señal para que se pudiera escuchar a la demócrata, Kamala Harris.
La censura se produjo un mes después de que el servicio de inteligencia de EE. UU. acusara a China e Irán de intentar socavar las posibilidades de reelección del presidente en ejercicio con la esperanza de que el elegido sea Joe Biden. Los rusos, por otro lado, están intentando “denigrar al ex vicepresidente Biden por considerarlo un ‘elemento’ anti-Rusia”.
“Antes de las elecciones estadounidenses de 2020, los estados extranjeros continuarán utilizando medidas de influencia, de una manera abierta o cerrada, en sus intentos de influir en las preferencias y perspectivas de los votantes estadounidenses, cambiar las políticas de los Estados Unidos, aumentar la discordia en los Estados Unidos y socavar la confianza del pueblo estadounidense en nuestro proceso democrático”, dijo el director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, William Evanina, el pasado mes de agosto.
“También pueden intentar comprometer nuestra infraestructura electoral para una serie de posibles propósitos, como interferir con el proceso de votación, robar datos confidenciales o poner en duda la validez de los resultados de las elecciones. Sin embargo, sería difícil para nuestros adversarios interferir o manipular los resultados de la votación a gran escala”, añadió Evanina.
Se sabe que los rusos intentaron interferir en las elecciones de 2016, y lo hicieron destinando entre 200.000 y 300.000 dólares en anuncios de Facebook con el objetivo principal de sembrar la división y “socavar la fe pública en el proceso democrático de los EE. UU.”
Autor: Tristan Justice
Este artículo fue originalmente publicado en The Federalist el 7 de octubre de 2020.
