La dictadura china intenta romper la red de inteligencia ‘Five Eyes’

Tiempo de lectura: 4 minutos

Te puede interesar

China intentó deliberadamente crear divisiones en el seno de la alianza de élite de los “Five Eyes” para compartir información, estrechando sus relaciones con el gobierno de izquierdas de la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern.

La alianza de los Five Eyes, formada por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda, se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando varios aliados clave, decidieron compartir información de inteligencia en su intento de derrotar a la Alemania nazi y a Japón.

En la actualidad, el mantenimiento de la cooperación en materia de inteligencia entre las cinco naciones anglófonas se considera esencial para combatir la amenaza que suponen los estados autocráticos, como Rusia y la China comunista.

LEA TAMBIÉN: Militares chinos estarían detrás de ciberataques contra empresas japonesas

Sin embargo, la supervivencia de la alianza en su forma actual está amenazada después de que el gobierno de Ardern anunciara que su prioridad era mejorar las relaciones comerciales con Pekín, en lugar de mantener su apoyo a los Five Eyes.

Al anunciar la decisión de buscar una mejora de los lazos comerciales con Pekín a principios de este mes, Nanaia Mahuta, ministra de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, declaró que su país se sentía “incómodo” con que la alianza de los Five Eyes presione al régimen chino por su terrible historial de derechos humanos, y que quería, en cambio, mantener su propia relación bilateral.

La Sra. Mahuta, de 50 años, respondió a la decisión adoptada el año pasado por los ministros de Defensa de Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, de aprobar un papel más amplio para la alianza, con un compromiso público no solo de hacer frente a los retos de seguridad compartidos, sino de “promover sus valores comunes de democracia, libertad y respeto de los derechos humanos”.

En este contexto, la alianza emitió comunicados en los que criticó la brutal represión china del movimiento prodemocrático en Hong Kong, así como la represión de Pekín contra su minoría musulmana uigur.

La declaración provocó una feroz respuesta de Pekín, que advirtió a la alianza de que no debía involucrarse en los asuntos de Hong Kong.

Zhao Lijian, portavoz del ministro de Asuntos Exteriores de China, dijo:

“No importa si tienen cinco ojos o diez, en cuanto se atrevan a dañar la soberanía, la seguridad o los intereses de desarrollo de China, deben tener cuidado, no sea que les dejen ciegos”.

Por otro lado, el régimen chino elogió a Mahuta y destacó las posibles grietas en el vínculo de los Five Eyes. El Global Times, portavoz del Partido Comunista, escribió:

“En marcado contraste con Australia, que se subió al carro de Estados Unidos, Nueva Zelanda mantuvo un enfoque relativamente independiente en materia de política exterior, lo que allanó el camino para que el país lleve a cabo políticas que beneficien a su propia economía y a sus ciudadanos”.

A pesar de adherirse a la nueva iniciativa diplomática Five Eyes, Nueva Zelanda, que depende en gran medida de sus vínculos comerciales con Pekín, decidió que ya no quiere apoyar la iniciativa Five Eyes y, en cambio, quiere mantener su propio diálogo con los gobernantes comunistas de China.

“Es un asunto que ya planteamos a los socios de Five Eyes nuestra incomodidad con la ampliación del alcance de la relación de la iniciativa, y que preferíamos buscar oportunidades multilaterales para expresar nuestros intereses en una serie de cuestiones”, explicó la Sra. Mahuta en un discurso ante el Consejo de China de Nueva Zelanda el 19 de abril.

El enfoque ingenuo de Nueva Zelanda ante la amenaza que supone Pekín no sólo supone una amenaza para el futuro de la propia alianza. Existe una clara posibilidad de que Wellington sea expulsado de la alianza por su postura favorable a Pekín.

Nueva Zelanda, cuya ubicación geográfica la convierte en un puesto de escucha ideal para la región del Pacífico, fue considerada durante mucho tiempo como el eslabón débil de la alianza. En 2003, su acceso a los servicios de inteligencia se redujo después de que Helen Clark, la entonces primera ministra laborista de izquierdas del país, se opusiera a la guerra de Irak.

Las restricciones impuestas a Nueva Zelanda se levantaron finalmente cuando Barack Obama llegó a la presidencia. Sin embargo, el país se enfrenta ahora a una nueva revisión de su estatus, sobre todo porque su último esfuerzo por acercarse a Pekín endureció a la vecina Australia, que está inmersa en una guerra comercial cada vez más dura con Pekín.

Como comentó recientemente un alto funcionario de los servicios de inteligencia occidentales sobre la permanencia de Nueva Zelanda en la alianza, el país estaba ahora “al borde de la viabilidad como miembro” de la misma debido a su actitud “servil” ante China y a su “sistema político comprometido”.

El gobierno socialista de Nueva Zelanda parece creer que es una buena idea unirse a los gobernantes comunistas de China. Pero al hacerlo, se arriesgan a sacrificar su futuro a la dominación de los déspotas chinos.

Artículo publicado originalmente en Gatestone el 3 de mayo de 2021.

Autor: Con Coughlin.

Artículo previo
EE. UU.: Llaman a boicotear los “Juegos del Genocidio” de Pekín
Siguiente artículo
Biden da razones a Pekín para deshacerse de más bonos del Tesoro

Artículos Relacionados

Otros Artículos